Aniversarios
1/3/2021
Historia del Partido Obrero
Hace 50 años, la burocracia de la UOM tiroteaba una movilización metalúrgica en San Martín
El desarrollo del clasismo en la década del 70
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Militante del PO en la UOM San Martín en la época, herido por la patota
Edición vespertina del diario Crónica del lunes 8 de marzo de 1971
Hace 50 años como parte del proceso de lucha obrera por la recuperación clasista de los sindicatos se produjo una importante movilización de los trabajadores metalúrgicos de San Martín sobre la sede sindical (UOM). Esta fue recibida a los tiros por la burocracia de Barrientos con el saldo de un obrero muerto y 5 heridos de bala. Reproducimos a continuación la crónica enviada por uno de esos obreros heridos, junto con facsímiles que relatan los hechos en diarios de la época. También publicamos una carta firmada por los 5 heridos internados en el Sanatorio de la UOM, dirigida a todos los trabajadores metalúrgicos de San Martín, como un documento para la historia del movimiento obrero. Osvaldo Garnica era delegado de la fábrica Flamini, miembro del Partido Obrero (entonces Política Obrera) y de la agrupación clasista Vanguardia Metalúrgica que desarrollaba un amplio trabajo sindical en dicha seccional. Hoy, Garnica sigue en la lucha contra la depredación ambiental de los gobiernos kirchneristas y macristas de la Ciudad de Buenos Aires.
A las 10 de la mañana del lunes 8 de marzo de 1971 los obreros de las cinco fábricas metalúrgicas más importantes de la Seccional San Martín de la Unión Obrera Metalúrgica -Flamini, Argelite, Necchi, Oro Azul y Edison- abandonaron sus tareas y se dirigieron a la sede local de la UOM. La mayoría fueron caminando y con ropa de trabajo.
Aproximadamente 50 metros antes de llegar a destino -en ese momento en la calle 18 de diciembre 735- fueron sorprendidos por una lluvia de balazos provenientes del local sindical. Resultado: un muerto y cuatro heridos. Francisco Garri, obrero de Edison, muerto. Tres obreros de Flamini heridos de bala: Carlos D’Andrea, Juan Carlos Arias y Osvaldo Guernica. Este último, militante de Política Obrera. Una mujer que pasaba desaprensivamente por el lugar, también fue herida. Los directivos de la UOM, encabezados por su Secretario General Mario Barrientos, que habían disparado contra los obreros, fueron detenidos. La policía incautó en la sede sindical dos pistolas, cuatro revólveres, una carabina y una escopeta. Los heridos fueron atendidos en el Sanatorio Central de la UOM de la calle Hipólito Yrigoyen en Capital.
Eran los últimos días de la presidencia de Roberto Marcelo Levingston, general de sólidos principios alcohólicos, sucesor de Onganía y predecesor de Lanusse. Lorenzo Miguel, Secretario
General de la UOM de ese momento, se reunió al día siguiente con el Secretario de Trabajo del
Gobierno Nacional, Juan Alejandro Luco, y le “explicó” lo sucedido. La detención de los directivos
de la UOM de San Martín duró algo más de 24 h y no se supo nada más sobre algo parecido a
procesar y juzgar a los responsables directos de un muerto y cuatro heridos de bala, hecho en el cual los balazos habían venido de un solo lado y dirigidos a un grupo de personas desarmadas.
El reclamo de los trabajadores, si bien con un trasfondo casi generacional, se había generado pocos meses antes, cuando un par de dirigentes desplazados de la dirigencia de la UOM San Martín -René Corvalán y Julio Linares- comienzan a hacerse eco de viejas reivindicaciones de los trabajadores metalúrgicos y logran ganarse así al Cuerpos de Delegados, disconforme desde siempre con la conducción local.
Así fue que en determinado momento se decidió en asambleas fabriles reclamar a la dirección de la UOM San Martín la democratización de su funcionamiento y el cumplimiento de una serie de reivindicaciones con apoyo sindical. No quedaba descartado reemplazar a esa conducción, a la que se sabía muy amiga de “negociar” con las patronales. La forma que adoptó el reclamo a los dirigentes, fue marchar sobre el sindicato.
Si bien el hecho originó alguna conmoción en su momento, la cosa pública se tranquilizó al poco tiempo y el tema sólo siguió vivo para los participantes directos: UOM, Cuerpos de Delegados de las fábricas implicadas y sus respectivas patronales.
Dado el respeto y representatividad que ostentaban los Cuerpos de Delegados dentro de sus respectivos establecimientos, siguieron siendo reconocidos por las patronales a pesar de ser, a partir del sangriento tiroteo, desconocidos por la UOM. Pero el uso de los servicios sociales se convierte en un problema, más cuando la dirección sindical, restablecida en sus lugares al poco tiempo, inauguró una nueva Clínica para atender a las necesidades locales, en el centro de San Martín.
Esta situación dura varios años hasta que un grupo de trabajadores de la fábrica Flamini inicia un “acercamiento” con la burocracia sindical que se traduce en un ofrecimiento de la misma: “normalización” de las relaciones a cambio de celebrar elecciones “democráticas” en cada fábrica.
El Cuerpo de Delegados electo en elecciones por lista y voto secreto (siempre había sido por
Asamblea y voto directo), sería reconocido por la UOM.
Aceptado el desafío se forman dos listas que confrontarán en las elecciones: una que reivindica la tradición de lucha contra la burocracia y la patronal de los últimos años, y otra que (abiertamente) quiere hacer las paces con el sindicato y tener “mejor diálogo” con la patronal. Triunfa cómodamente la lista antiburocrática y se conforma un nuevo Cuerpo de Delgados con una Comisión Interna antiburocrática y claramente clasista (PO incluida).
Y llega el estallido de 1974/75, las jornadas semiinsurreccionales a partir del “rodrigazo”.
Pero esa es otra historia…
Carta de los obreros heridos a los metalúrgicos de San Martín
Buenos Aires 11-3-71
A los compañeros metalúrgicos en lucha:
Solidarios con el combativo movimiento que ha surgido en la seccional S. Martín, para combatir la corrupción y traición de la burocracia sindical (en este caso en manos de M. Barrientos y sus secuaces de turno) y con el fin de alentar y colaborar en esta lucha que no es solamente nuestra sino de todo el movimiento obrero argentino para conseguir una auténtica dirección combativa y clasista que abra las puertas a nuestra definitiva liberación nacional y social, les hacemos llegar estas líneas que no son más que la expresión de nuestro deseo de estar peleando junto a ustedes en estos momentos.
Creemos que precisamente estos momentos son decisivos para el futuro del movimiento dado que la seccional carece totalmente de dirección, ya que la pandilla de matones asalariados de M Barrientos está entre rejas, el local sindical custodiado por la policía del régimen, y el Secretariado Nacional no interviene. Y es ahora que este movimiento debe tomar la iniciativa y convertirse en una alternativa de dirección de los metalúrgicos de San Martín.
Llamamos a los compañeros a elaborar un programa reivindicativo y un plan de lucha para llevarlo a cabo (discutido y aprobado por asambleas de fábrica), contemplando las necesidades más apremiantes de los obreros metalúrgicos como ser: aumento salarial, recalificación de categorías, derogación de la ley 969, derogación del art. 56 del convenio colectivo, etc., etc. y a intervenir activamente ante cualquier conflicto que se de en la seccional, con la solidaridad y combatividad propias de todo movimiento clasista.
Reciban fraternal abrazo de estos compañeros hospitalizados
Antonio Valiente- Zanella Hnos.
J.C. Arias, Carlos D’Andrea, Osvaldo Garnica- Flamini Hnos.
Félix D’Allegro- Necchi Argentina
Roque García- Ozvegy Kiss