Aniversarios
10/3/2011|1167
La corrección del Manifiesto Comunista
El Estado y la Revolución
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La única "corrección" que Marx consideró necesario introducir en el "Manifiesto Comunista" fue hecha por él sobre la base de la experiencia revolucionaria de los comuneros de París. El último prólogo a la nueva edición alemana del "Manifiesto Comunista", suscripto por sus dos autores, lleva la fecha de 24 de junio de 1872. En este prólogo, los autores, Carlos Marx y Federico Engels, dicen que el programa del "Manifiesto Comunista" está "ahora anticuado en ciertos puntos". "La Comuna ha demostrado, sobre todo -continúan-, que *la clase obrera no puede simplemente tomar posesión de la máquina estatal existente y ponerla en marcha para sus propios fines*". Las palabras puestas entre asteriscos, en esta cita, fueron tomadas por sus autores de la obra de Marx "La guerra civil en Francia". Así, pues, Marx y Engels atribuían una importancia tan gigantesca a esta enseñanza fundamental y principal de la Comuna de París, que la introdujeron como corrección esencial en el "Manifiesto Comunista"...
...Marx dedujo de toda la historia del socialismo y de las luchas políticas que el Estado deberá desaparecer y que la forma transitoria para su desaparición (la forma de transición del Estado al no Estado) será "el proletariado organizado como clase dominante". Pero Marx no se proponía descubrir las formas políticas de este futuro. Se limitó a la investigación precisa de la historia francesa, a su análisis y a la conclusión a que lleGó el año 1851: se avecina la destrucción de la máquina del Estado burgués. Y cuando estalló el movimiento revolucionario de masas del proletariado, Marx, a pesar del revés sufrido por este movimiento, a pesar de su fugacidad y de su patente debilidad, se puso a estudiar qué formas había revelado. La Comuna es la forma, "descubierta, al fin", por la revolución proletaria, bajo la cual puede lograrse la emancipación económica del trabajo. La Comuna es el primer intento de la revolución proletaria de destruir la máquina del Estado burgués, y la forma política, "descubierta, al fin", que puede y debe sustituir a lo destruido.