La Revolución de Octubre como excusa

MST, PCR, Del Frade: un contubernio sin final feliz


En una fecha tan temprana como noviembre de 2014, hace casi tres años, se constituyó la Comisión para el Centenario de la Revolución de Octubre, propiciada por el PCR e integrada por el MST, Emancipación Sur, Socialismo Auténtico, y figuras como Juan Grabois (CTEP), Claudio Katz, Roberto Perdía, Carlos del Frade, Alcira Argumedo y Osvaldo Bayer, entre otros.


 


¿Cómo se explica una convocatoria tan prematura? La respuesta se encuentra, quizás, en las circunstancias políticas. A fines de 2014, la situación de un conjunto de fuerzas de centroizquierda, tradicionales aliados de los partidos y figuras nucleados en la Comisión, era de abierta desintegración. El abrazo de Gerardo Morales con Massa había marcado el fin político de la coalición Unen, en la que habían confluido Lilita Carrió, Pino Solanas, la UCR, el Partido Socialista, el GEN, el Socialismo Auténtico y Libres del Sur, una convergencia del centroizquierda con el gran capital y el Departamento de Estado. Para la UCR, como se vio después, el idilio con el líder del Frente Renovador sería sólo una estación de tránsito hacia el frente con el PRO.


 


El hundimiento de Unen barrió de un solo golpe las ambiciones presidenciales de Cobos y de Binner, pero, a la vez, dejó a su “ala izquierda” literalmente en pelotas. Esta buscó, como alternativa, la formación de un nuevo polo de centroizquierda que permitiera unir al conjunto de fracasados políticos y sumarle nuevos aliados. Allí hacían cola el PCR y el propio MST, que llamaban en ese mismo momento a un frente con los restos de Proyecto Sur. La pregunta que se impone es de sentido común: ¿Hasta qué punto la formación de la Comisión para el Centenario de la Revolución Rusa, tan tempranamente como en 2014, no tuvo como propósito ser una rueda auxiliar de ese reagrupamiento del centroizquierda en crisis?


 


Si éste fue el propósito, el fracaso está a la vista.


 


El GEN se abrazó al Frente Renovador, del que está siendo apartado a estas horas, en función del acercamiento de Massa con fracciones del peronismo. La experiencia “socialista” está llegando a su fin en su bastión histórico (Santa Fe) y el PS es una fuerza en disgregación. Libres del Sur participa de los gobiernos provinciales de Salta (bajo el mando de Urtubey, que ha establecido un virtual cogobierno con Cambiemos) y Neuquén (MPN) y fue desplazado del Frente Renovador por su desmedida apetencia de puestos en las listas. El Frente Popular -conjunción de la Unidad Popular de De Gennaro y el PCR- no logró superar el piso del 1,5% en la mayoría de las provincias. La coalición del Frente Popular y Social en Santa Fe, que llevó a Del Frade como candidato -y que tuvo el apoyo de la Unidad Popular, el PCR y el MST- bajó a un tercio de su votación anterior (el MAS de la provincia no acompañó este rumbo y llamó a votar al Frente de Izquierda). Alcira Argumedo, una de los firmantes del Manifiesto por los 100 años de la Revolución Rusa, acaba de plantear su apoyo a Cristina Kirchner para las elecciones de octubre; Juan Grabois forma parte del “triunvirato piquetero” aliado al Vaticano, y el voto de su íntimo aliado -Movimiento Evita- está entre CFK y Randazzo.


Por su parte, el papista Gustavo Vera se alineó con el ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno.


 


Gran parte de las piezas del rompecabezas de centroizquierda se alineó como furgón de cola de vertientes capitalistas, otras (PS) están en caída libre luego del fiasco de una década de un gobierno “progresista” de la mano de las sojeras, las aceiteras y los pulpos exportadores. Lo que resta busca su reconstrucción política bajo el manto del Papa. Están peor que cuando se juntaron, declarando el propósito, nada menos, de homenajear a la Revolución Rusa.


 


Engendro


 


Cualquiera puede apreciar que sólo un propósito oportunista puede explicar esta convergencia entre un partido que nombra como presidente honorario de sus congresos a José Stalin (PCR) con otro que se sigue reconociendo trotskista (MST), y con elementos que son enemigos históricos de la toma del poder por los trabajadores. Así se explica que el texto de la convocatoria, con precisión quirúrgica, refiera a “una página grande en el devenir de la humanidad” sin decir su contenido, salvo que “asestó golpes demoledores a la explotación del hombre por el hombre”. El texto, deliberadamente corto porque sería imposible lograr puntos en común con tales protagonistas, refiere al entierro de la revolución por la dictadura burocrática y la restauración capitalista en sólo nueve palabras: “sobre sus causas, un intenso debate recorre nuestras filas”.


 


¿Qué tal, MST? Dejamos de lado el papel contrarrevolucionario de la burocracia, el sacrificio de las revoluciones por su política a partir de la muerte de Lenin y la derrota de la Oposición de Izquierda, la política opuesta al frente único que posibilitó el ascenso del nazismo, el llamado a la revolución política en la URSS, a la construcción de la IV Internacional y a la revolución internacional porque, de otro modo, como pronosticó León Trotsky, la burocracia conduciría la vuelta al capitalismo -en defensa de sus propios privilegios. El MST ha solicitado el ingreso al Secretariado Unificado de la IV Internacional, el mismo que planteó, ante la disolución de la Unión Soviética, la renuncia formal a la dictadura del proletariado y declaró llegado a su fin el período histórico abierto por Octubre.


 


En todo caso, la derechización se apodera cada vez más de esta izquierda. No viene de ahora. El PCR y el MST tienen notorias afinidades políticas, aunque uno siga explotando el nombre de trotskista: ambos son partidarios (el uno explícito, el otro en forma vergonzante) del Frente Popular, es decir de la alianza de las organizaciones obreras con la burguesía en defensa del orden burgués, ambos militaron juntos en defensa del capital financiero y los terratenientes “en defensa del campo”, ello no les impidió apoyar más o menos incondicionalmente al chavismo, que abusó de la demagogia “socialista” para mantener en pie el régimen social capitalista y regimentar al movimiento obrero.


 


El manifiesto de la Comisión por el centenario de la Revolución Rusa alumbrado por el PCR y el MST omite, nada menos, las palabras proletariado, clase obrera, trabajadores. Elimina al sujeto histórico que lideró la Revolución de Octubre y que está llamado a acaudillar, apoyándose en el resto de las clases oprimidas, las revoluciones socialistas por venir.


 


En la medida que es la cobertura de una maniobra política, la Comisión produjo una acción de encubrimiento que se expresó en un acto a los 99 años de la Revolución Rusa, en que las palabras Stalin, burocracia, Trotsky fueron omitidas y del que el PCR elogió el respeto a la “brevedad” de los discursos, además de un libro con un prólogo a varias manos que pretendió reemplazar cualquier tipo de clarificación política.


 


Llamamos a una campaña que rescate las banderas genuinas de la Revolución de Octubre y rinda homenaje a los miles que cayeron, fruto de la barbarie capitalista o del horror estalinista, defendiendo esas banderas.