Aniversarios
29/5/2024
Las trabajadoras que hicieron el Cordobazono
El mayor homenaje que podemos hacer a las mujeres del Cordobazo es levantar hoy su tradición de lucha. Vamos por la huelga general.
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La cuestión de la mujer, una cuestión de clase
Se acerca un nuevo aniversario del Cordobazo, aquella gesta obrera que el 29 de mayo de 1969 hirió de muerte a la dictadura proimperialista de Onganía. La irrupción del movimiento de mujeres ha llevado a reflexionar mucho sobre la participación, el protagonismo y la agenda especifica de las mismas en esa rebelión popular dirigida por la clase obrera.
Antes de cualquier análisis corresponde determinar qué lugar ocupaban las mujeres en el sistema de producción de la época. A mediados de los años cincuenta, la instalación en Córdoba de diversas industrias automotrices, metalmecánicas, alimenticias, químicas, etc, modificaron el desarrollo productivo creando nuevas condiciones en el mercado de trabajo, de tal manera que hacia 1970 el 35% de la mano de obra estaba empleada en la industria.
Sin embargo, ese proceso de industrialización creciente no impactó considerablemente en la redistribución del trabajo femenino. Un informe elaborado en 1973 señalaba que, en Córdoba, al igual que en el resto del país, la mano de obra femenina representaba en 1970 el 35,9% dentro del total de la Población Económicamente Activa, y, de ese porcentaje, el 85% lo hacía en tareas de servicio históricamente femeninas.
En comparación con los sectores modernizados de la industria, las mujeres tenían un lugar subordinado en la producción, lo que jugó contra la posibilidad de que anidara con mayor peso un pliego de reivindicaciones propias ligado a una agenda de género, aunque no impidió la participación de las trabajadoras antes, durante y después del Cordobazo.
No solo estuvieron allí las docentes, trabajadoras de comercio, enfermeras, bancarias, áreas, las lucifuercistas, y mujeres de otras áreas de la industria, también se hizo evidente el peso cuantitativo de las mujeres estudiantes atribuido no solo a la alta presencia de ellas en las facultades; sino, además, a que muchas de esas militantes estudiantiles buscaron proletarizarse como forma de insertarse en la creciente lucha fabril.
Las obreras y la agenda de la mujer en el Cordobazo
Cabe destacar algunas ramas de la industria que empleaban trabajadoras debido al tipo de tareas manuales específicas que requerían, entre ellas la industria textil, de confección de calzado y vestido, algunas de alimentación y de la carne. Entre las que participaron del Cordobazo hay que mencionar a las 300 obreras de la fábrica Ilasa (Industria Latinoamericana de Accesorios S.A.). Ellas soldaban, encintaban, cortaban cables y componentes eléctricos para Renault. Las difíciles condiciones laborales, falta de protección y equipamiento, control absoluto hasta para ir al baño, etc, las empujó a afiliarse e incorporarse a la lucha gremial y política de la etapa.
El 29 de mayo, estas obreras de Ilasa fueron parte de la huelga y de las columnas que se dirigían al centro de la ciudad. En 1970, en el marco de un proceso más general, se llevó a cabo una ocupación de la fábrica con toma de rehenes. Algunos de los puntos del pliego de reivindicaciones presentado a la patronal incluyó reivindicaciones propias de género como la reestructuración del sistema de categorías, el reclamo de la plena vigencia en Córdoba de la Ley 11.317 sobre instalación de guarderías en fábricas donde trabajaban mujeres, un reclamo extendido entre las trabajadoras fabriles; y la plena vigencia de la Ley 11.595/56, que establecía igual trabajo por igual salario.
Otra industria que empleaba mayoritariamente mujeres era la del vidrio. La fábrica Cindalux producía lámparas para autos, se trataba de un trabajo manual de precisión en donde las condiciones laborales eran pésimas. Las obreras soportaban turnos rotativos, con bajos salarios, la tarea de cocción a altísimas temperaturas sin protección corporal hacia frecuentes los accidentes de trabajo y las enfermedades debido a las exposiciones insalubres al calor. Ellas también fueron protagonistas del Cordobazo.
Así, existieron diversas ramas de la industria donde se expresó la lucha de mujeres que, aunque de forma incipiente y con algunos límites, abrió paso a una agenda laboral de género. En ese periodo se gestaron convenios colectivos de diferentes sectores como las bancarias y la administración pública, que tenían licencias especiales de uno o dos días al mes en concepto de “Día Femenino” y dos días consecutivos anuales para exámenes ginecológicos de rutina, además de las licencias por maternidad. Muchos de estos convenios fueron anulados por la dictadura cívico-militar-eclesiástica de 1976, algunas garantías se recuperaron y otras tantas siguen siendo materia de lucha de nuestro movimiento.
Estas experiencias de lucha prepararon y fueron parte del Cordobazo, una rebelión popular que conjugó reivindicaciones y reclamos con un denominador común en el cuestionamiento político profundo al modo de producción capitalista y la opresión particular que genera contra las mujeres.
La cuestión de la mujer, una cuestión de clase
Los debates en torno a la cuestión de la mujer transitaban la segunda ola feminista y se dirimían entre objeciones al feminismo blanco y heterosexual, al carácter transversal y policlasista de la lucha de las mujeres, por un lado; y a la interseccionalidad que colocaba en un mismo nivel a categorías de clase, raza y género (como construcciones culturales alejadas de las condiciones materiales de las mujeres), por el otro.
El lugar que ocuparon las mujeres como obreras, trabajadoras y estudiantes en una Córdoba donde comenzaban a traspasar el yugo doméstico para insertarse en el mercado laboral y a reconocer las penurias de la doble opresión que depara el sistema de producción capitalista resolvió algunos de esos debates del feminismo, ubicando a las mujeres en la misma trinchera que los varones de su misma clase social contra el régimen dictatorial de Onganía. No cabe duda que las mujeres del Cordobazo se subieron a la ola mundial de ascenso revolucionario del proletariado que también tuvo expresión en el Mayo Francés, la Revolución Cubana, y la boliviana más adelante.
Por supuesto, no fue la primera vez que las mujeres protagonizaron luchas de enorme tenor en la historia de nuestro país, pero sin duda el Cordobazo fue una bisagra en la intervención política con carácter de clase. Tal es así que la dictadura militar las percibió como un elemento subversivo, frente al cual utilizó formas de tortura específica con persecución, encarcelamientos y asesinatos.
La vigencia de la lucha por gobierno obrero y popular
Mas allá del peso o no de una agenda reivindicativa especifica de las mujeres trabajadoras en el Cordobazo, el punto que unificó al conjunto de la clase obrera incluidas las mujeres fue la decisión política de derrotar la dictadura de Onganía. La cuestión del poder y la clase social que tenía que desplazar a la burguesía estuvo presente en todo el proceso bajo la consigna: “Luche por un gobierno obrero y popular”. Las reivindicaciones solo podían lograrse por y con los métodos de la clase obrera, es decir, a través del paro activo de 36 horas, las asambleas obrero-estudiantiles y el plan de lucha, sin caer en la trampa de las tácticas burguesas. Esto fue lo que hirió de muerte al gobierno de Onganía. Recién en el ‘73 la burguesía logró reencausarse detrás de una salida electoral.
Las lecciones del Cordobazo tienen plena vigencia no solo para el movimiento obrero, sino también para nuestro movimiento de mujeres que arrancó conquistas como el divorcio, el matrimonio igualitario, la Interrupción Voluntaria del Embarazo, la ESI, etc; esto, con la lucha independiente de todos los gobiernos que sostuvieron y sostienen este régimen de sometimiento y violencia.
Por eso, reivindicar a las trabajadoras que hicieron el Cordobazo es reivindicar la causa del proletariado y su lucha por un gobierno obrero y popular, sin confianza ni expectativa en la burguesía nacional (que tiene una larga historia de entregas) y sus partidos. Como en el Cordobazo, el destino de las mujeres trabajadoras está unido al destino de la clase obrera. Nuestro mayor homenaje a las mujeres del Cordobazo es levantar hoy su tradición de lucha, por la huelga general y un Cordobazo nacional que derrote el plan de ajuste de Milei, el FMI y sus cómplices.