Aniversarios

11/10/1990|315

México: Un representante de Gorbachov en homenaje a Trotsky

Juicio y castigo a todos los culpables

El gobierno mexicano restauró y convirtió en un museo la casona de León Trotsky en Coyoacán. El fundador de la IV Internacional vivió allí sus últimos años de exilio, donde fue asesinado por el agente stalinista Ramón Mercader el 21 de agosto de 1940.

El Museo León Trotsky fue inaugurado en el cincuenta aniversario de su asesinato. Al acto de inauguración concurrió —invitado por el gobierno mexicano—el embajador soviético en ese país, Oleg Darushenkov.

Darushenkov es el representante de la misma casta burocrática que cincuenta años atrás asesinó a León Trotsky y que hoy continúa pisoteando los derechos de los obreros, los campesinos y los pueblos oprimidos de la URSS. Es el representante de la misma camarilla que hundió —y continúa haciéndolo— los intereses de la clase obrera mundial para mantener su usurpación del Estado obrero soviético. Darushenkov es el representante de los mismos intereses sociales en nombre de los cuales Mercader asesinó a León Trotsky.

En el mismo momento en que Darushenkov ingresaba en el patio de la casona de Coyoacán, el Kremlin se ubicaba en la primera fila de la agresión imperialista contra Irak. De la misma manera, Stalin —cincuenta años antes— se ubicó en la primera fila de la agresión imperialista alemana contra los pueblos de Polonia y el Báltico con la firma del pacto Hitler-Stalin. Mientras el embajador soviético en México “homenajeaba” a Trotsky, otros representantes de la burocracia gestionaban —en Moscú y en Washington— el ingreso de la URSS al Fondo Monetario y al Banco Mundial.

La presencia en la inauguración del Museo Trotsky del representante de la camarilla contrarrevolucionaria contra la que León Trotsky luchó hasta el último aliento de su vida es una completa impostura.

La asistencia del embajador soviético a la inauguración del Museo León Trotsky es, sin duda, una expresión de la descomposición de la casta burocrática. Pero es también, por sobretodo, un recurso de la actual dirección gorbachiana de disimular ante los pueblos del mundo — y particularmente frente al de la URSS— su condición de representante de los mismos intereses sociales ‘ue la dictadura stalinista. Las sucesivas olas de “rehabilitación” je los opositores perseguidos por Stalin son otra manifestación de esa misma política.

¡Con todo, y pese a todas estas “oleadas”, León Trotsky aún no ha sufrido el operativo rehabilitación!

Un reciente decreto de Gorbachov, sin embargo, decretó la “rehabilitación de todas las víctimas de Stalin”. Consultados los funcionarios soviéticos, respondieron que el decreto incluía “también” a León Trotsky. Debemos suponer que Gorbachov ha “amnistiado” al fundador del Ejército Rojo por omisión.

No corresponde “rehabilitar” a Trotsky, sino esclarecer los crímenes del stalinismo y hacer el “juicio y castigo a todos los culpables”.