Aniversarios

25/8/2017

¿Qué pasó con el asesino de Vallese?


Foto: carnet de afiliado de Vallese a la Unión Obrera Metalúrgica.


 


 


 


Las dos primeras condenas a los reconocidísimos genocidas del Proceso (Turco Julián, Echecolatz) tardaron 30 años.


 


La condena a los asesinos de Felipe Vallese no llegó nunca.


 


El 30 de mayo  del 2006 fue detenido Juan Fiorillo, denunciado por varios testimonios como el jefe del Comando de Operaciones Tácticas (COT) del que dependían varios “grupos de tareas” durante la última dictadura militar. Fue señalado como jefe del centro de detención clandestino conocido como “El Banco” y partícipe de los que funcionaron en “El Vesubio” y la Comisaría 5ª de La Plata. Individualizado por un detenido en 2001, no pudo ser encarcelado por la protección de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.


 


Pero mucho antes, en 1962 y cuando tenía 31 años, estuvo a cargo de la Brigada de Servicios Externos de la Unidad Regional San Martín que secuestró, torturó e hizo desaparecer a Felipe Vallese. Fue condenado en 1971 a sólo tres años de prisión, en base a la investigación periodística hecha por Pedro Leopoldo Barraza, que expuso gran parte de los nombres de los implicados. Una vez salido de la cárcel, se le atribuye haber tenido mando en la Triple A y, según algunas versiones, haber participado en 1974 del asesinato del propio Barraza, el hombre que se animó a echar luz sobre la desaparición del activista metalúrgico. 


 


Una vez detenido, como decimos, en 2006,  se negó a declarar ante el juez y solicitó el beneficio de la detención domiciliaria, que le fue concedido. A los 75 años, con la movilidad limitada, obtuvo de hecho la libertad. Un año después, murió.  


 


Cincuenta y cinco años después de la desaparición de Vallese, ¿alguna lección más sobre el carácter de la “justicia” y la naturaleza de la “democracia” reinante?


 


 


 


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