Aniversarios

3/3/2021

Rosa Luxemburgo: el voto femenino universal como parte de la lucha del proletariado por su liberación

A 150 años de su nacimiento.

En 1912, la revolucionaria polaca Rosa Luxemburgo pronunciaba un discurso  en las Segundas Jornadas de Mujeres Socialdemócratas, realizado en Stuttgart, donde hacía hincapié en torno a un desafío central para el masivo movimiento de mujeres proletarias de aquel entonces: la necesidad de conquistar el sufragio femenino como puntal para reforzar la lucha por el socialismo. Afirmaba que este reclamo debía convertirse en una bandera del conjunto de la clase y era necesario una intervención de masas como único medio para arrancar este derecho.

Rosa sostenía que Estado pruso-germano restringía los derechos políticos de las mujeres, ya que buscaba evitar, en una época signada por el despertar de miles de obreras a la vida sindical y política, que estas encontraran en el acceso al voto un recurso más para fortificar a la socialdemocracia e hicieran tambalear al régimen capitalista.   En ese sentido, señalaba que la clase dominante “teme, acertadamente, que puedan ser una amenaza para las instituciones tradicionales de la dominación de clase, por ejemplo, para el militarismo (del que ninguna mujer obrera con cabeza puede dejar de ser su enemiga mortal), la monarquía, el sistema fraudulento de impuestos sobre la alimentación y los medios de vida, etc”.

Por este motivo, descartaba que el capital estuviese en contra de otorgarle el voto a las mujeres de la burguesía, ya que lo consideraría un apoyo a la reacción. Era consciente que las feministas burguesas sólo cuestionaban los privilegios de los hombres de su clase, pero al ser co-consumidoras de la plusvalía que sus maridos extraen al proletariado (es decir, los parásitos de los parásitos del cuerpo social) “son a menudo mucho más crueles que los agentes directos de la dominación y la explotación de clase a la hora de defender su derecho a una vida parasitaria”. De esta forma, dejaba en claro que el interés por el voto femenino, desde el campo del feminismo burgués, perseguía intereses diametralmente opuestos a los que esta reivindicación podía inspirar dentro de las filas de las mujeres trabajadoras.

A su vez, reconocía que esta desigualdad jurídica formaba parte de los residuos del pasado -como la prevalencia de la monarquía- de los cuales se valía el capitalismo moderno para profundizar la explotación. Por lo tanto, llamaba a realizar una fuerte agitación entre las masas en función de ganarlas a la lucha por el voto femenino, apelando a  la contradicción existente entre el papel cada vez más significativo de las mujeres en la producción social bajo el capitalismo y como esto no se veía reflejado en una ampliación de derechos democráticos para la población femenina.

Rosa Luxemburgo finalizaba su discurso con la siguiente reflexión: “La actual lucha de masas en favor de los derechos políticos de la mujer es sólo una expresión y una parte de la lucha general del proletariado por su liberación. En esto radica su fuerza y su futuro. Porque gracias al proletariado femenino, el sufragio universal, igual y directo para las mujeres supondría un inmenso avance e intensificación de la lucha de clases proletaria. Por esta razón la sociedad burguesa teme el voto femenino, y por esto también nosotros lo queremos conseguir y lo conseguiremos. Luchando por el voto de la mujer, aceleramos al mismo tiempo la hora en que la actual sociedad se desmorona en pedazos bajo el martillo del proletariado revolucionario”.

Para profundizar en la historia de militancia revolucionaria y el legado político de Rosa Luxemburgo invitamos a leer la serie de artículos de Prensa Obrera por el centenario de la Revolución Alemana y el dossier elaborado a cien años de su asesinato y el de Karl Liebknecht.