Aniversarios

25/10/2018|1525

Trotskismo y stalinismo en la revolución vietnamita de 1945 (II)

Segunda parte

La conmoción de la Segunda Guerra Mundial abrió un enorme proceso revolucionario en diversas regiones del planeta. La guerra interimperialista se transformó, en muchos lugares, en una guerra civil y de liberación nacional del movimiento obrero y campesino contra las burguesías locales y diferentes imperialismos. Vietnam, ubicada geográficamente entre gigantes coloniales (China, Indonesia, India) vivió una de las revoluciones más profundas de la época.

La historia de la izquierda mundial (aún la trotskista), en general, ha silenciado o pasado por alto, tanto el rol contrarrevolucionario del Viet Minh de Hồ Chí Minh en ese proceso como el papel llevado adelante por las organizaciones de la Cuarta Internacional.

El detonante

En marzo de 1945, Japón dio un golpe que desplazó a la administración colonial francesa. Hasta ese momento, la ocupación japonesa se había apoyado, tanto en los funcionarios del régimen colaboracionista del mariscal Pétain como en Bảo Đại, el emperador títere del Estado vietnamita. Pero la “liberación de París” y la proclamación del gobierno provisional del general pro-aliado Charles De Gaulle en la metrópoli francesa (agosto de 1944) junto al descalabro general de las fuerzas del Eje en Europa había cambiado el panorama. Con la rápida derrota gala, Japón, que mantuvo la ocupación, concedió la independencia al Imperio del Vietnam y sendos Reinos de Laos y Camboya, con la condición de que se alinearan como aliados militares.

La imprevista capitulación de Japón, el 15 de agosto, desató un tsunami político en las regiones ocupadas por el imperio nipón en el Pacífico. Las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki provocaron su rendición incondicional, luego de tres meses de una fuerte y solitaria resistencia a los embates de Estados Unidos. Para ese entonces, también la Unión Soviética, luego de la Conferencia de Postdam, le había declarado la guerra y avanzaba sobre regiones de China y Corea.

La revolución de agosto

En Vietnam, al caos administrativo se sumaba una hambruna espantosa que asolaba a la población en el norte (Tonkin). La retirada de los japoneses provocó un vacío de poder que alentó una movilización de masas por la autodeterminación nacional y la disputa política por el rumbo social de la revolución.

La revolución y la lucha por la libertad y la independencia latian en las aldeas y en las ciudades, en los arrozales y en las minas, en las fábricas y en los talleres, de norte a sur de Vietnam. Con ello, la disputa política de las clases y partidos por el rumbo a seguir ante la posibilidad de que el imperialismo francés, ahora con De Gaulle, retomara la península.

Los trabajadores de Saigón-Cholón, la región más industrial del país, fueron los primeros en formar Comités Populares y desfilar en grupos por las calles con las armas secuestradas a japoneses y franceses o improvisadas lanzas de bambú. Se formaron más de 150 de esos comités, que rápidamente adquirían características soviéticas de doble poder, asumiendo el control administrativo y político de los suburbios. “El distrito de Phú Nhuận, el de mayor concentración obrera de la ciudad, eligió a su comité popular, proclamó la abolición completa del régimen anterior y que, a partir de las 10 de la mañana del 20 de agosto, dicho comité sería considerado único poder legal en el distrito”1. Paralelamente, en el campo se ocupaban tierras y fincas feudales, a la vez que se arrestaban (y muchas veces fusilaban) funcionarios coloniales, policías y dignatarios acusados de “enemigos del pueblo”.

En el norte, los mineros de Hòn Gai luchando contra los japoneses, formaron una comuna que impuso el control obrero de la mina, los ferrocarriles, tranvías y el telégrafo; estableció un principio de remuneración equitativa; disolvió la policía, jefaturas y la administración colonial y organizó una fuerza de defensa obrera.

Los militantes de la Cuarta Internacional fueron parte activa del proceso revolucionario de agosto. Luego de años de persecución y cárcel, los dos grupos trotskistas, la Liga Comunista Internacional (LCI)2  y La Lutte3, habían comenzado a reagruparse, abriendo locales, editando periódicos (a veces diarios) y ganando influencia en los trabajadores y Comités Populares. Lo hacían con la autoridad de años de lucha contra el imperialismo con líderes y militantes reconocidos y experimentados que participaban del proceso disputando la dirección del movimiento al stalinismo y nacionalistas.

Las crónicas señalan el ejemplo de la manifestación del 21 de agosto, convocada por el “Frente Nacional Unido”, que reunía a variopintos grupos nacionalistas y religiosos y que había tomado el control de Saigón. Unos doscientos militantes de la LCI lograron encolumnar a decenas de miles de trabajadores detrás de consignas revolucionarias (“abajo el imperialismo”, “tierra a los campesinos”, “nacionalización y control obrero de la industria”, “por un gobierno obrero y campesino”) que se destacaban en las pancartas y la bandera de la Cuarta Internacional. Ese mismo día se formó un Comité Central provisional para los Comités del Pueblo, con una guardia de trabajadores para el área de Saigón-Cholón bajo el liderazgo del trotskista Trần Đình Minh (conocido como Nguyễn Hải Au y activista del depósito de tranvías de Go Yap)4. Los Comités Populares tenían sus antecedentes en los comités de acción formados por la lucha obrera en la década del ‘30, donde se habían destacado los trotskistas. El comité votó un programa que caracterizaba a la revolución como anti-imperialista, señalaba la incapacidad de la burguesía nacional de liderarla y convocaba a la unidad de los obreros industriales y campesinos en los comités.

Por su parte, el Viet Minh (Liga por la Independencia de Vietnam, en la que se había disuelto el Partido Comunista Indochino) de Hồ Chí Minh había construido su base de lucha guerrillera contra Japón en el norte fronterizo con China. El 19 de agosto tomó el Palacio de Gobierno de Hanoi, la capital vietnamita. El 25, el Viet Minh promovió un golpe militar en Saigón, ocupando el ayuntamiento y las centrales de policía. Una semana más tarde, ante una masiva manifestación Ho proclamó la República Democrática de Vietnam con un gobierno provisional, que sumó a los partidos nacionalistas burgueses y religiosos (Vnqdđ, Hòa Hảo, Cao Đài). Así hizo un fuerte llamado al orden, a la constitución de un Estado burgués democrático y se proclamó como parte del bloque democrático aliado que había derrotado a Japón, con la expectativa de que avalaran la independencia vietnamita.

La contrarrevolución

Frenar la revolución era una prioridad, tanto para el imperialismo como para el stalinismo, cada uno por sus propias razones. Máxime cuando florecían en la región enormes movimientos de lucha anticolonial (India, Indonesia, China). En la Conferencia de Potsdam, Stalin había acordado con Estados Unidos y Gran Bretaña que Indochina volviera a las manos de un imperialismo francés que buscaba reconstruirse con el apoyo del Partido Comunista (PCF), integrado en pleno al gobierno de De Gaulle. Mientras tanto, serían las tropas inglesas (por el sur) y chinas (por el norte) las encargadas de restablecer el orden en la transición.

El programa del Viet Minh estaba subordinado a esta orientación del Kremlin y buscaba evitar a toda costa la emergencia de una revolución social, a la que se orientaba la lucha anti-imperialista. La proclamación de la República Democrática de Vietnam y el encorsetamiento al proceso revolucionario buscaba contar con el visto bueno del imperialismo norteamericano de un Vietnam autónomo y que respetara el orden terrateniente y burgués.

En esta orientación, el Viet Minh llevó adelante una política contrarrevolucionaria. El gobierno provisional condenó la ocupación de tierras y garantizó la restitución de la propiedad a los terratenientes. “Aquellos que inciten a los campesinos a apoderarse de la propiedad de la tierra serán severamente castigados sin piedad. Todavía no hemos hecho la revolución comunista que resolverá el problema agrario. Este gobierno es sólo un gobierno democrático. Por lo tanto, no está en condiciones de llevar a cabo tal tarea. Nuestro gobierno, repito, es un gobierno democrático burgués, aunque los comunistas son los que realmente están en el poder”5 .

El 2 de septiembre, ante la próxima llegada de las tropas británicas a Saigón, que el Viet Minh recibía como liberadores, una gran manifestación recorrió las calles contra su llegada y fue atacada por ametralladoras, provocando decenas de muertos y heridos. La organización trotskista La Lutte intervino con una numerosa y aguerrida columna.

La LCI fijó posición: “Los comunistas internacionales no nos hacemos ilusiones de que el gobierno de Viet Minh, con su política de colaboración de clase, sea capaz de combatir la invasión imperialista en los próximos días. Sin embargo, si el gobierno se declara dispuesto a defender la independencia nacional y salvaguardar las libertades de la gente, no dudaremos en asistirla y apoyarla con todos los medios físicos en la lucha revolucionaria. Pero, para este fin, tenemos derecho a repetir una vez más que mantendremos estrictamente la independencia completa de nuestro partido del gobierno y los demás partidos”6 .

La respuesta del gobierno del Viet Minh fue la represión. El día 6 organizó una redada policial contra la Central de los Comités Populares deteniendo a delegados y dirigentes y el 7 emitió un decreto disolviendo toda organización no gubernamental y señalando que “aquellos que llaman al pueblo a las armas y, sobre todo, a luchar contra los aliados serán considerados provocadores y saboteadores”. Todas las organizaciones debían entregar sus armas a la policía con la única excepción de la “guardia republicana” del Viet Minh. Todo esto, a pocos días del desembarco de las tropas aliadas.

El desembarco, la política del Viet Minh, la situación de los trotskistas, las polémicas en Francia y los debates que esta profunda experiencia revolucionaria dio lugar en la Cuarta Internacional serán abordados en la próxima nota.


1. Lu Sanh Hanh (1947): “Algunas etapas de la revolución en el sur de Vietnam”, Revolutionary History, Vol. 3 N° 2, 1990.

2. La LCI se había reconstruido en agosto de 1944 con militantes del grupo Octubre, que había editado periódicos populares y tenía gran tradición de lucha entre los trabajadores.

3. El grupo La Lutte tenía como referente a Tạ Thu Thâu, recientemente liberado de un campo de concentración.

4. Stephenson, R. (1972): Stalinismo versus Socialismo Revolucionario en Vietnam.

5. Citado por Lu Sanh Hanh (1947), op. cit.

6. Idem.

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