¿A dónde va el Partido Socialista?
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Reproducimos un texto publicado en Argenpress.info el 22 de mayo pasado.
En medio de la chatura y mediocridad política reinante, indudablemente la "Carta Abierta a los Socialistas", del presidente del PS, Alfredo Bravo, constituye un revulsivo político ya que intenta profundizar sobre la crisis del socialismo en la Argentina, una crisis que se produjo con su división en 1958 y de la que, como podrá apreciarse, no pudo recuperarse hasta ahora.
Bravo tiene razón en cuanto a que se trata de una crisis ideológica y de prácticas políticas, de formación de los dirigentes actuales y de convicciones reemplazadas por apetitos personales y afanes de tipo electoralistas más que de índole tra nsformadora.
Relata cómo grupos internos de su propio partido, particularmente los de Norberto La Porta, Puy y Héctor Bravo, sabotearon su enfrentamiento judicial con el ex ministro menemista Gustavo Beliz, suministrando elementos confusos (la impugnación a Dante Gullo) con lo que ayudaron a los planteos leguleyos con que se ha intentado arrebatarle la senaduría al dirigente de los derechos humanos.
Para analizar la crisis actual del PS con el Ari de Elisa Carrió, pasa revista a la frustración del Frepaso y es particularmente severo con Carlos Chacho Alvarez y su megalomanía política. No escapa a ello la señora Fernández Meijide, una personalidad políticamente inútil que demostró su mediocridad intelectual cuando ya era tarde y ocupaba cargos públicos, especialmente en el gobierno de la tristemente célebre Alianza con el radical conservador Fernando de la Rúa.
Bravo es particularmente duro con sus compañeros de lucha, los diputados Oscar González y Jorge Rivas. También alcanza, críticamente, al ex Psp, particularmente el intendente de Rosario, Hermes Binner, que apoyó la fórmula de Elisa Carrió con un candidato a vice conservador mendocino, rechazando, de manera explícita, la fórmula Bravo-Rubén Giustiniani, de su partido. Está claro que la pretendida "unidad" o "fusión" del Psd y Psp no existe porque el Psp tiene su propia táctica, y sólo utilizará la fusión legal, como hizo en 1974 con el Partido Socialista Argentino, para quedarse con la personería y bienes del "viejo y glorioso". Para ello cuenta con un aliado, que el Psd está corroído por tendencias, grupos e intereses personales, y serán presa fácil del Psp.
Haciendo historia
Pero estos barros vienen de lodos anteriores. La mentalidad de una socialdemocracia oportunista y electoralera llevó en 1994 a que fuera el propio Bravo quien bendijo al mediático Chacho Alvarez. La llamada Unidad Socialista había obtenido más de 100.000 sufragios cuando triunfó en la Ciudad de Buenos Aires el frente de Alvarez. Ese fue el momento en que se podría haber realizado la fusión del Psd, Psp, Psa y Democracia Avanzada, constituyéndose un solo PS. Pero primó el oportunismo electoralista, los cargos, los sueldos, jugar en primera y no ser "testimoniales", como sostenía Alvarez. Ahora Alvarez no sólo es testimonial sino un gran organizador de derrotas, con Bordón, De la Rúa y Cavallo, sus lamentables creaciones.
Los socialistas lograron esos cargos parlamentarios, con mediocre performance, hicieron lo que pudieron y lo que les daba su formación, que no fue muy destacada porque era escasa. El caso más lamentable fue el aparato de La Porta-Puy en la Capital Federal, donde la militancia fue reemplazada por empleados públicos, otros rentados y la mayoría convertidos en "fichas de afiliación" sin militancia alguna, que votan en las internas, y mediante los cuales mantuvieron su hegemonía capitalina.
Oscar González y Jorge Rivas, desconocidos, se aferraron durante varios años al prestigio de Bravo, para escalar posiciones. Ahora no lo necesitan y, aterrados, como ocurre con La Porta, por tener que buscarse un trabajo útil si no renuevan sus bancas o logran puestos públicos, buscan cerrar una alianza con la Carrió, teórica del "capitalismo serio". Van en la búsqueda de una nueva Alianza, aunque ahora el paquete político incluiría al gobierno de Néstor Kirchner que tiene mucha más fuerza, por ahora, que los Alvarez, Fernández Meijide, Alfonsín y De la Rúa.
Es probable que Bravo quede arrinconado porque ya no les interesa a sus jóvenes compañeros y al Psp su prestigio. Ahora pasará a ser un "anciano", un "equivocado" o un "loco". Porque ellos son los "vivos". Pero Bravo sabía, no podía desconocer con los bueyes que araba. Rubén Giustiniani, como diputado y desde su banca legislativa nacional llegó a justificar su voto favorable a la "flexibilización laboral", proyecto del gobierno de De la Rúa, citando nada menos que a Alfredo L. Palacios, fundador del derecho de trabajo argentino. Una muestra de histrionismo oportunista.
Vocación para el error
Todo lo que ocurre en el PS hoy es por la vocación por el equívoco y el error de sus dirigentes. Sus afiliados miran sin comprender la política zigzagueante, sin principios, aquello que Juan B. Justo denominó "política criolla".
Hay, sin embargo, en la carta de Bravo un esfuerzo superador que se refiere a la fragmentación política de los partidos y bloques de clases, que quedó demostrado en los últimos comicios y que permitiría el resurgimiento de un PS con ideología clara, consecuentemente socialista, sin oportunismos, que sirva para luchar por los trabajadores, los desocupados, las nuevas generaciones. Es importante un dato de la carta del presidente del PS que será una clave hacia el futuro: habla de la necesidad de un "cambio cultural"; y de eso se trata, recuperar la cultura obrera socialista y popular la que corresponde en el siglo XXI y, fundamentalmente, aquella ética que hizo grandes a los socialistas, anarquistas y comunistas en las primeras décadas del siglo XX. El debate está abierto.