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7/11/2007|779

Acerca de la polémica marxismo-psiconoánalisis (el orden de los términos no es indistinto)

Se los envío con pedido de publicación: “En una época en que las grandes naciones proclaman que sólo del mantenimiento de la piedad cristiana esperan su salvación, la revolución soviética se nos muestra ÿa pesar de todos sus ingratos detallesÿ como el mensaje de un futuro mejor.”, S. Freud, 1933.


Como miembro de la flamante Agrupación de Psicólogos en Lucha ÿApelÿ integrante del Polo Obrero, les acerco algunas reflexiones que me generaron las notas publicadas en los últimos números del periódico y las discusiones con los compañeros y los colegas.


Me parece muy importante que Prensa Obrera se incorpore al debate de estas temáticas, esto se está desarrollando con gran velocidad y creo que recién es el comienzo de lo que se viene con más fuerza y amplitud aún. (Clarín en octubre sacó 3 notas en páginas centrales sobre psicoanálisis y salud mental). Al estar tan golpeado por la devastadora realidad el psiquismo de los sujetos humanos (aumento de las patologías en número y formas, respuestas subjetivas; asambleas, ocupaciones de fábricas, bloque piquetero, etc.), el debate está en la sociedad y no puede ocultarse.


Me parece que para orientar el debate es necesario en primer lugar clarificar la siguiente cuestión: si las condiciones objetivas (choque entre las fuerzas productivas, nosotros, los trabajadores, los que todavía cobramos salario; y las relaciones de producción, el capitalista que compra la fuerza de trabajo a cambio de pagar un salario) están ya más que maduras, y teniendo en cuenta que el otro factor es el subjetivo, el terreno de las ideas y la acción que éstas generan es el que faltaría desarrollarse.


¿Podrá el psicoanálisis aportar algo en este terreno, que es justamente en el que se desenvuelve, el terreno de la subjetividad humana? Dice Freud en un texto de 1922: Psicoanálisis es el nombre de: 1) un método para la investigación de procesos anímicos capaces inaccesibles de otro modo; 2) un método terapéutico de perturbaciones neuróticas basado en la investigación; y 3) una serie de conocimientos psicológicos así adquiridos, que van constituyendo paulatinamente una nueva disciplina científica.


Luego vendrá el debate acerca de cómo implementar su aporte a la teoría revolucionaria para no caer en los errores-horrores que circulan. Creo que si damos este primer paso, modesto pero muy importante, encaramos correctamente el debate entre marxismo y psicoanálisis; si nos apuramos confundimos en lugar de aclarar. En los hechos se observa que cuanto más alejado está de la realidad cotidiana (asambleas, fábricas ocupadas, movilizaciones, partido revolucionario), más fácil y casi inevitablemente el psicoanalista cae en gruesos errores conceptuales cuando analiza la realidad social. Para terminar, una cita de Sigmund Freud escrita en 1933: “Si alguien pudiera indicar al detalle como estos distintos factores, la disposición instintiva, generalmente humana, sus variantes raciales, y sus transformaciones culturales, inhiben o fomentan bajo las condiciones de la ordenación social de la actividad profesional, y de las posibilidades adquisitivas, si alguien pudiera hacerlo así, completaría el marxismo, haciendo de él una verdadera ciencia social”.


Fraternalmente,