Internacionales
7/1/1999|614
Ahora resulta que Trotsky le pidió armas a... Hitler
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Un nuevo artículo del Pts sobre Bosnia (y contra el PO) (18/12), confirma que su dirección es “una banda de impostores sin principios” (Prensa Obrera, 10/12).
No responde a nuestros argumentos, sino que tergiversa y falsifica lo que el mismo ha dicho.
El Pts había defendido su reclamo de que los Estados imperialistas entregaran “armas para Bosnia”, con el argumento de que Trotsky había hecho lo mismo con relación a la revolución española, pues “le exigió armas a la Francia imperialista gobernada por León Blum”. Respondimos que esto no era así, que Trotsky había reclamado armas, sí, pero a los partidos socialista y comunista que integraban ese gobierno y que lo había hecho como parte de una política más general, de que esos partidos rompieran con sus aliados gubernamentales burgueses y tomaran el poder. La consigna de armas para la revolución española era incompatible con el gobierno de conciliaciones de clases que existía en Francia, de modo que su realización llevaba a la ruptura con la burguesía y al gobierno obrero. Por eso, dijimos, Trotsky no hizo el mismo reclamo a otros gobiernos imperialistas democráticos, como el de Roosevelt en Estados Unidos y el del rey Jorge en Inglaterra.
El Pts no refuta nada de esto en su nuevo artículo; se limita a decir que es una “zonzera”. En lugar de refutamos, comete un terrible crimen político, pues toma una cita de Trotsky que menciona a Hitler para justificar que hay que reclamarle armas no solamente al imperialismo democrático sino también al fascista. ¡Pero Trotsky no le reclamó armas a Hitler! En la cita que trae a colación el PTS, Trotsky dice que “si mañana Hitler se viera obligado a enviar armas a los hindúes insurreccionados” (para distraer al ejército inglés, JM), los obreros alemanes deberían “esforzarse porque los insurrectos reciban las armas lo más pronto posible... Pero el ejemplo es puramente hipotético”. Es decir, Trotsky no le reclamó armas a ningún imperialismo, como sí lo hace el Pts, sea democrático o fascista.
Pero la falsificación del Pts es múltiple. Ocurre que Trotsky quería clarificar con ese planteo otra clase de problema, un problema vital para el proletariado internacional durante la Segunda Guerra Mundial. Trotsky explicaba que aunque Inglaterra fuera aliada de la URSS contra Hitler, y los cuartainternacionalistas defendieran incondicionalmente a la URSS, seguía siendo la obligación de los trotskistas apoyar la lucha de los explotados contra los explotadores, incluso cuando estos últimos fueran aliados circunstanciales de un Estado obrero. La victoria de una insurrección popular contra un aliado imperialista significaría para la URSS la conquista de un aliado estratégico, histórico, frente al circunstancial, limitado y traidor de una potencia imperialista. Los trotskistas argentinos, por eso, apoyaron durante la guerra las huelgas de la carne contra los frigoríficos anglo-yanquis, a diferencia del Partido Comunista que defendió a esos frigoríficos en nombre de la alianza que la URSS tenía con Estados Unidos e Inglaterra. Para ilustrar a fondo este punto, Trotsky recurrió al caso extremo de un abastecimiento de armas de Hitler a la India oprimida: los obreros alemanes no debían boicotearla. ¡Pero Trotsky jamás hubiera llamado a Hitler a socorrer la revolución hindú, como lo hace el Pts con Croacia, Eslovenia y Bosnia, donde tampoco ha habido una revolución sino una contrarrevolución, o sea, la restauración del capitalismo! Fuimos nosotros, en el artículo anterior, no el Pts, los que señalamos que “Trotsky... habría defendido todos los contrabandos de armas que hubieran organizado los revolucionarios españoles desde cualquier país del mundo...”.
La otra impostura del Pts es que ataca el contrabando de armas de Menem a Croacia, luego de pedir armas para Croacia, y se defiende diciendo que tampoco Trotsky apoyaba a Hitler. ¡Pero Trotsky no le reclamó armas a Hitler! ¿O Trotsky habría denunciado a Hitler por el envío de armas a una insurrección hindú? Al revés, se habría visto obligado a explicar que ese envío de armas no justificaba ningún apoyo político al nazismo y habría llamado a liquidarlo ¡con los métodos de la insurrección hindú!
Todo lo dicho hasta aquí prueba la completa deshonestidad de los dirigentes del Pts, su bancarrota moral y, claro, el completo empantanamiento a que los ha llevado su fantasiosa política. Tergiversan los hechos al extremo de decir que el imperialismo le dio armas a Serbia cuando fue el apoyo militar norteamericano a Croacia lo que impuso la “paz de Dayton”, la federación bosnio-croata y completó las “limpiezas étnicas”.
La raíz de los inmensos macaneos del Pts tiene una antigüedad remota y es la incapacidad para apreciar la situación internacional del momento en su conjunto, como sí lo hizo Trotsky en la guerra, lo cual le permitió unir dialécticamente la defensa de la URSS con la lucha contra el imperialismo aliado a la URSS. La inconsistencia del Pts se ve cuando reemplaza con la caracterización de la opresión nacional que Serbia ejercería sobre el resto de los componentes de la ex Yugoslavia, la comprensión más fundamental de que la desintegración de Yugoslavia es un operativo del imperialismo mundial para imponer la restauración capitalista en todo el este europeo y Rusia. Para todos los morenistas, esta desintegración es positiva, porque resolvería ocho o diez o quince cuestiones nacionales separadas, cuando en la realidad todas éstas están subordinadas a la cuestión general de la colonización imperialista por la vía de la desintegración de Yugoslavia y la restauración del capitalismo. La acusación fundamental contra la burocracia serbia no debería ser que pretende oprimir a sus vecinos sino que ha sido el títere fundamental del imperialismo en el designio estratégico de éste de liquidar las conquistas de la revolución yugoslava de 1944/45.
Nosotros apoyamos la independencia de las naciones que formaron la federación yugoslava como una vía para realizar la unión libre de Yugoslavia y los Balcanes, socialista. Apoyamos la independencia en nombre de la unión libre, no de la desintegración en componentes seudonacionales, una vez que el camino de la revolución política que habría debido acabar con la dictadura burocrática de la anterior Yugoslavia, quedó desplazado como consecuencia de la desintegración. Los morenistas apoyan la desintegración de Yugoslavia en nombre de una supuesta lucha contra una opresión nacional serbia, cuyo peso, si tiene alguno, no tiene comparación con el de la opresión ganada por el imperialismo mundial con la desintegración de la Federación. Hoy esta región del mundo es una colonia política y militar de la Otan.
Esto, en lo que tiene que ver con la contrarrevolución. Pero en los Balcanes hay también una tendencia a la revolución, como lo prueba el levantamiento aíbanés o las gigantescas movilizaciones de masas en Serbia hace dos años. El centroizquierda y el imperialismo quieren encerrar a la tendencia revolucionaria en el callejón de las disputas interétnicas, cuando la base común y objetiva del movimiento revolucionario es la miseria y la opresión que engendra la restauración. En lugar de tomar esa base común para desarrollar una perspectiva revolucionaria común, multinacional y socialista, el Pts y los morenistas pretenden ahogarla en quince perspectivas independientes y particulares.
Basta de impresionismo, necesitamos caracterizaciones de conjunto.