El derrumbe de la Esma y Nicolás Becerra

Ginebra, 8 de septiembre de 2001


Queridos amigos:


Las acusaciones y pedidos de investigación en mi contra formulados por los ex-represores de la Armada Juan Carlos Rolón, Jorge Perrén y Eduardo Emilio Massera, al juez federal de Buenos Aires Claudio Bonadío, reflejados en los diarios Clarín, La Nación y Página/12 de hoy, sábado, responden a mi contribución testimonial, junto a las de otros sobrevivientes de la Esma, para que se esclarezca judicialmente la apropiación de bienes de detenidos-desaparecidos perpetrada en ese campo de concentración.


El ensañamiento particular de estos genocidas para conmigo obedece a que publiqué como periodista relatos de los hechos por los cuales han sido inculpados, en notas aparecidas en el diario Clarín, el 7 de enero, 25 de febrero y 4 de marzo de 2001, y en el diario El Litoral de Santa Fe, el 7 de marzo de 2001, materiales recogidos en el sumario a cargo del juez Bonadío, del secretario Pablo Bertuzzi y del fiscal Carlos Rivolo.


Pero, sobre todo, el móvil criminal de la banda de la Esma radica en los datos e informaciones vertidos en esos artículos, que fueron condensados y ampliados en La delgada línea blanca, entre las páginas 111 y 118 de la segunda edición actualmente en librerías, un libro del que soy coautor con el colega chileno Rodrigo de Castro y que ha merecido el Premio Rodolfo Walsh a la mejor obra de no ficción del año otorgado por la Semana Negra de Gijón, España.


Al ser citado como testigo en el mencionado procedimiento, a solicitud de los magistrados antes consignados entregué como prueba este libro, donde asimismo figura la complicidad con los esbirros de la Esma, del actual Procurador General de la Nación, Nicolás Eduardo Becerra, en cuyo estudio de Mendoza se tejió la trama de este expolio que hoy investiga la Justicia.


Ante el tenor que van adquiriendo los acontecimientos, he puesto en conocimiento de las autoridades judiciales competentes el ofrecimiento del contador mendocino Luis Balaguer, quien está dispuesto a ofrecer los elementos que certifican el involucramiento de Nicolás Becerra en el latrocinio que es indagado por el juez Bonadío, el secretario Bertuzzi y el fiscal Rivolo.


He comunicado a su vez a la Justicia para que se incorpore al sumario las entrevistas efectuadas por la periodista Olga Wornat al ex-almirante Massera, donde el otrora comandante en jefe de la Armada, confesó su participación en mi secuestro por parte del grupo de tareas que operaba desde la Esma, el 10 de enero de 1977.


Los saluda cordialmente.