Políticas

17/11/1994|432

En Catamarca, el Frente Grande ya es gobierno

El derechismo del Frente Grande no reconoce fronteras, como lo demuestra el ingreso a sus filas de figuras y grupos de reconocida política patronal. Casi como en una carrera, se produjo el ingreso del partido Movilización, uno de los grupos fundadores de la coalición patronal gobernante, el Frente Cívico, cuyo titular, Simón Hernández, es el vicegobernador de la provincia.


El ministro de Hacienda, Hernán Colombo, el Cavallo provincial, pertenece a este grupo y es el artífice de la transferencia de la Caja y de la asociación del banco provincial a la AFJP Futura.


Otro grupo que forma el Frente Grande es Opción Provincial, cuya figura principal es el senador  nacional Fadel, elegido el 3 de octubre por la coalición del PDP y la UCD.


Otro chachista es el PUC (Partido de Unificación Catamarqueña), un grupo escindido del PJ, cuyo dirigente, Peter Casas, proviene de la derecha justicialista.


Los tres grupos, desde el gobierno o la “oposición”, ha apoyado la entrega de la minería catamarqueña a los grandes pulpos, la firma del pacto fiscal y el plan de “ajuste” que Castillo pactó con el gobierno nacional. Sin embargo, entre ellos se ha entablado una puja por la manija. “Movilización”, junto con el apoyo al Chacho para presidente, “prepara su estrategia para incorporarse a la lista que conformará el oficialismo catamarqueño para las elecciones del próximo año. Hasta ahora Movilización no contaba con el respaldo de una estructura política nacional y a la cual, consecuentemente, prestar su apoyo, de manera que su incorporación al Frente Grande va a ser un ingrediente importante a la hora de definirse la lista del Frente Cívico”( La Unión, 20/9). Fadel, en cambio, planteó que “no queremos que nos incluyan en el Frente Cívico y que nos diluyan, sino que queremos seguir acrecentando este espacio político con claras bases peronistas, apoyando la fórmula Bordón-Alvarez...queremos nuestro espacio peronista disidente” (La Unión, 11/9), aunque “se podrá trabajar (con el Frente Cívico) una alianza futura pero de ninguna manera diluir esta fuerza” (ídem). Por su lado, el PUC, luego de reivindicar la propuesta económica del Chacho y su candidatura presidencial, señaló que el FG debía oponerse tanto al saadismo como al Frente Cívico (La Unión, 10/9).


Todos estos grupos agitan el cuco del saadismo para justificar su entrega.


Los grupos originales del FG han protestado, al verse desplazados por estos ingresos, aunque han decidido permanecer, para “no regalarles —dicen— las banderas”. Pero esto las transforma en cómplices de la política antiobrera y antipopular que ya el FG está sosteniendo desde el gobierno del Frente Cívico.