Sindicales

14/10/1999|646

La esforzada lucha de Aguila, una escuela

Después de 31 días de lucha, los despedidos de Aguila levantaron la carpa y olla popular, sobre la base del logro de un aumento de las indemnizaciones, el reconocimiento de las antigüedades y el pago de un año de guardería para las despedidas con hijos.


La patronal de Arcor, con la absoluta complicidad de la burocracia de Daer y el Ministerio de Trabajo, realizó un lock out empresario, después de haberse comprometido por acta a no cerrar la planta y de haber forzado el retiro de la mayoría de los trabajadores.


La Comisión Interna rechazó el retiro, exigió la continuidad de los puestos de trabajo y realizó asambleas masivas denunciando la maniobra patronal-burocrática. Ante el cierre intempestivo de las puertas de planta, un núcleo de 43 compañeros resistió. Cortaron la avenida Herrera, realizaron movilizaciones al gobierno de la ciudad, al Ministerio de Trabajo y a la sede del directorio de Arcor. Tomaron una actitud de solidaridad activa sobre otros conflictos como con el Banco Mayo.


Ante la indiferencia de funcionarios y burocracias (no sólo la cegetista de Daer sino también de las ‘opositoras’ de la Cta y el Mta, que ni se hicieron presentes), los despedidos organizaron una olla popular que fue un centro de organización. Recibieron la solidaridad de comisiones internas y vecinos de la zona, de agrupaciones y partidos de la clase obrera. Agitaron sistemáticamente las fábricas de la alimentación de la zona con los boletines de lucha de Aguila y recolectaron fondos con colectas y alcancías. Realizaron un enorme esfuerzo con los métodos de la clase obrera, en la expectativa de que la crisis política y otras luchas del movimiento obrero abrieran una vía para romper el bloqueo de las burocracias. En ese sentido también reclamaron la coordinación con la lucha del Mayo, La Maga, etcétera.


Los despedidos de Aguila pusieron límites al brutal ataque patronal, impidieron la desbandada general y el silencio que quería la patronal y la burocracia, haciendo conocer el conflicto en todo el país y marcando a fuego a la burocracia de Daer frente a los ojos del gremio y del movimiento obrero.


Los compañeros consideran positiva la experiencia de lucha y organización, que marcó una conducta para el movimiento obrero en la lucha contra los despidos en curso. En un reportaje al periódico Trabajadoras, dijo una compañera: "Tengo mucha bronca; a veces pienso que si no logramos triunfar, igualmente ya no somos los mismos. Yo no me imaginé subida a los colectivos, pidiendo dinero para sostener la olla, hablando con los vecinos. Ni tampoco que compañeros con los que nunca había hablado seamos tan unidos. Yo ya no soy la misma".


Aguila fue una escuela de politización y de activismo obrero. Los compañeros realizarán una fiesta el sábado 7 y están considerando la formación de una comisión de despedidos de Aguila para continuar unidos la lucha y abrir una corriente antiburocrática en el gremio de la Alimentación.