Partido

26/2/2004|839

La secta y el movimiento piquetero

Treinta años más tarde, el día mismo del piquete nacional de los 107 cortes, 14 estudiantes del PTS repartían en el Puente Pueyrredón el periódico de su partido, que diagnosticaba por enésima vez "la encrucijada" del movimiento piquetero y la inevitabilidad de su derrota. La caracterización era un calco de la del gobierno: la acción (petardista) de Castells y del MST y los incidentes de la 9 de Julio mostraban el aislamiento del movimiento piquetero, mientras que los anuncios de un funcionario de segunda línea del Gobierno (Arroyo) del enésimo plan para voltear al movimiento piquetero mediante micro-emprendimientos, que ya habían sido aceptados por el MTD, la CCC y, según declaraciones, el MTL, permitían prever el final del Bloque Piquetero.


El PTS, como los "Socialistas Puros" de hace 30 años, tiene por norma o hábito pronosticar el fin de los piqueteros, a los que siempre miró con desprecio. Pero pronosticar la inevitabilidad del fracaso de un movimiento popular, a partir de las limitaciones que se le imputan, es claramente una política reaccionaria. La obligación del revolucionario es ofrecer una orientación que supere esas supuestas limitaciones. Se trata de un movimiento que ha acreditado largamente una tradición de lucha, que hizo retroceder a Duhalde, que dio batallas físicas grandes contra los poderes del Estado, que organizó movilizaciones de masas con un programa de lucha y de contenido revolucionario, y que hoy por hoy encarna la única delimitación programática del gobierno capitalista de Kirchner y es la única oposición política. Ha sido el movimiento piquetero el que hizo la defensa de masas de Brukman, de Zanón, de Lavalán y de TDO contra la represión y el desalojo policiales; es decir que se ha manifestado como la corriente obrera más consecuente. Del mismo modo, apoyó con fuertes movilizaciones la lucha de los trabajadores del subterráneo, ha enfrentado a los grandes pulpos petroleros y se ha desarrollado como un movimiento de masas. En una etapa de depresión de luchas fabriles, como consecuencia de la desocupación en masa, la lucha piquetera fue el resorte fundamental, y por momentos único, que mantuvo la batalla defensiva de los trabajadores contra el capitalismo.


El PO no endiosa al movimiento piquetero, en el cual actúan corrientes y tendencias completamente diversas, y nada lo demuestra mejor que la escisión que impulsamos luego de la traición de la CCC y la FTV al Argentinazo, o el rechazo sistemático a los planteamientos escisionistas del PTS y del MST, entre otros, contra el Bloque Piquetero y la Asamblea de Trabajadores. Hemos hecho lo mismo que todos los socialistas desde que el movimiento obrero existe: defenderlo frente al capital, orientarlo en la lucha y trabajar para la superación de sus limitaciones en estrecha relación con la experiencia concreta. El PTS ha actuado como lo han hecho históricamente los charlatanes: mediante el derrotismo y la desmoralización. Es por eso que, cualquiera sea el desenlace de esta lucha, el Partido Obrero saldrá fortalecido en su condición de partido de luchadores obreros por el socialismo y el PTS saldrá irremediablemente huérfano de cualquier confluencia con el movimiento popular más importante de la década.


Las ANT le han dado una fisonomía programática profunda al movimiento piquetero y han sido un importante factor de politización para miles de activistas. Esto marca un agudo contraste con la asamblea "soviética" que se propusieron realizar el PTS y el MST, en Brukman, la cual no pudo superar la "barrera" de la "comisión de poderes" (como ocurre en cualquier congreso radical o peronista). Los intentos del Mas de romper la ANT terminaron rompiendo al Mas. Mediante una política de superar en un frente único con otras organizaciones las limitaciones políticas (¡y las grandes dificultades organizativas y represivas, que sólo tienen los que luchan!) hoy tenemos un resultado, en los bastiones populares del peronismo, que ni los chicos desconocen. En la Argentina todo el mundo habla del movimiento piquetero; del PTS no habla nadie.


El derrotismo del PTS hace las veces de un espejo perfecto, netamente pequeño burgués (reaccionario), de la gigantesca campaña del Estado, el imperialismo y todos los medios de comunicación contra el movimiento piquetero, incluido el atentado en Plaza de Mayo, y los intentos de crear fuerzas parapoliciales de choque contra este movimiento que ya tiene más de 41 compañeros muertos.


Para combatir al movimiento piquetero en nombre del movimiento obrero "real", el PTS está obligado a ignorar que aquél es la única resistencia real a la reforma laboral flexibilizadora apoyada por el FMI, los "gordos", Moyano y la CTA, que casi paró el país contra la reforma laboral. Esto sólo acredita más carácter de clase al movimiento piquetero que dos mil proclamas del PTS. Este solo hecho ha contribuido más al desarrollo de la conciencia de clase entre los compañeros desocupados que el millón de pavadas "sociológicas" que puedan repartir los estudiantes del PTS. La posición del PTS contra el movimiento piquetero sólo es superada por la de Zamora, que está esperando también el hundimiento de los piquetes, para mostrar su propia viabilidad política.


El derrotismo del PTS es una consecuencia directa de la presión del imperialismo.