Luchemos por el salario
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El miércoles, el personal no médico de los hospitales de la Ciudad salió a una huelga por el aumento de los salarios y la estabilidad para los que se encuentran contratados desde hace muchos años.
El mismo reclamo tienen los docentes de todo el país y ha motivado huelgas en varias provincias.
La necesidad de un aumento salarial recorre a todos los trabajadores.
El reciente reencuadramiento de la distribución de Carrefour en el sindicato de Camioneros obedece a que el salario de éste supera al de Comercio.
El salario es la variable de ajuste de la 'recuperación'.
Ha caído un 40% en poder adquisitivo como consecuencia de la devaluación.
El congelamiento de los salarios es el soporte del superávit fiscal que 'enorgullece' al gobierno.
La ratificación de la Banelco por senadores y diputados refuerza la desvalorización del salario, porque autoriza los períodos de prueba y los contratos basura, y porque legaliza los convenios firmados desde el 2000, con salarios reales a la baja.
Mediante la complicidad de las agencias de empleo, los períodos de prueba duran varios años.
El domingo se publicó que el gobierno sub-ejecutó los gastos salariales y sociales previstos en el presupuesto del año pasado.
Desde hace dos semanas, las góndolas de los supermercados y las facturas de servicios no dejan de registrar aumentos.
Hay revuelo en los sindicatos. En Camioneros, en ATE, en la Alimentación, en Gráficos, en los sindicatos rurales. Hay muchas razones que lo explican, pero la más importante es el salario.
Se plantea la lucha general por el aumento salarial.
De nuevo se impone el ejemplo de los piqueteros, que el miércoles hicieron retroceder a Solá de los 20.000 despidos de planes provinciales, mediante una enorme movilización.