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22/8/2006|507

PTS anuncia su disolución

El Pts decidió autodisolverse, para lo cual convocó a un “Congreso Abierto”, que debería formar, en su lugar, un ‘movimiento por un nuevo partido obrero revolucionario’ (Rebelión, 31/7).



El Partido Obrero había caracterizado hace tiempo que el Pts estaba liquidado (ver artículos en Prensa Obrera: “QEPD”, 3/5/90). Nueve años después de su ruptura con el Mas, la dirección del Pts dice: “ni se nos ocurre que se pueda formar un partido con ‘influencia de masas’ en la actualidad” (Rebelión, 15/7).


¿Con quién?


El Pts pretende crear un ‘movimiento’  con algunos contactos obreros “surgidos en muchos casos de las luchas de resistencias actuales o, en otros, de pequeños procesos de reorganización”, con los jóvenes del “Mojuvor” y con “prestigiosos intelectuales que se reclaman de la clase obrera (de las facultades) de Sociales y Filosofía de la UBA y en la Universidad de La Plata” (ídem, 15/7).



El Pts abandona los rudimentos del marxismo, ya que plantea que “si el Congreso Abierto aprueba la edición de un periódico unitario entre estos sectores en base a un programa de acción revolucionario, y vota una Comisión Programática para sentar las bases de un partido más grande y de mejor calidad, el sector trotskista que hoy conforma el Pts naturalmente luchará porque la nueva organización se defina por la reconstrucción de la Cuarta Internacional. Sin embargo, las definiciones explícitas no necesariamente tienen que estar desde el principio, puede haber períodos transicionales...” (ídem, 31/7).



El Pts dice que con esta política, “retoma el bolchevismo y el trotskismo... que se la pasaron fusionándose y delimitándose con sectores de vanguardia” (15/7).



¿Usted lo ve, compañero, a Lenin o a Trotski disolver su partido para hacer un ‘movimiento’ con un profesor universitario democratizante y antimarxista, o con un grupo de rock alternativo?



La autodisolución del Pts expresa su fracaso y la creciente desmoralización y marginación de sus militantes. Así lo reconoce uno de sus dirigentes (ídem, 15/7), cuando afirma que este “proyecto... nos parece que será mucho más entusiasmante que la táctica de ‘crecimiento del Pts’ tal como es ahora”.


Caracterización impresionista, política capituladora


Para el Pts, la lucha de clases ha estado dominada “en los últimos seis meses” por “la emergencia de un movimiento democrático pluriclasista”, que tuvo sus manifestaciones en las marchas del 24 de marzo, la rebelión de las cárceles o el festival contra los skinheads en Parque Rivadavia. El Pts se lamenta de que este “movimiento democrático pluriclasista” fuera desviado por el gobierno, “porque lamentablemente los organismos que podían darle una conducción independiente de la oposición burguesa como las Madres de Plaza de Mayo, el SEOM de Jujuy... se negaron a dirigirlo y enfrentarlo al gobierno y al régimen”.



Para el Pts, la lucha de las masas casi no existe: “Sin embargo... se ha empezado a manifestar la existencia de otra Argentina: la de los piqueteros de Cutral-Co... (aunque) lamentablemente, esta resistencia creciente no se ha transformado en contraofensiva” (ídem, 15/7). Esto, dicho luego de Cutral Co, la huelga de Transportes del Oeste y en vísperas del paro del 8.


Etapista, constitucionalista


El Pts se proclama partidario de “una república obrera basada en consejos de obreros y del pueblo pobre”, pero... como “la mayoría de los trabajadores y el pueblo no acuerdan aún con nuestra salida revolucionaria”, propugnan entonces una nueva reforma de la “antidemocrática Constitución del 53/94”. Su consigna, “ante la crisis del ‘menemato’ ”, es “Abajo la constitución nacional y sus instituciones... Plenos poderes para una Asamblea Nacional que imponga el peso de la mayoría y discuta y decida el destino de la Nación” (ídem, 15/8).



Así vemos el charlatanerismo democratizante que acompaña la disolución político-organizativa de un grupo impotente, que hace tiempo había abandonado una intervención concreta en la lucha de clases. Porque el Pts ya no participaba de las movilizaciones de los jubilados, ni tampoco de las convocadas por los sindicatos, ni de las manifestaciones ‘pluralistas’, ni de las elecciones en los centros de estudiantes universitarios, ni de nada. Sólo participaba de sus “festivales”, “jornadas de reflexión” y otras paparruchadas por el estilo.