Cultura y Sociedad
6/12/2000|691
Reprimen movilización de los hinchas de San Lorenzo
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La violenta represión desatada contra centenares de hinchas de San Lorenzo en su propio estadio, por oponerse a que se entregue al grupo suizo ISL el "gerenciamiento" de todo el llamado "merchandising" del club, indica que el proceso de privatización pretende ser llevado adelante aún a costa de la oposición de la gran mayoría de los hinchas de los clubes.
El llamado "gerenciamiento" es la fase final del desmantelamiento previo de la gran mayoría de los clubes. Hasta ahora sólo Quilmes (un cuadro del ascenso) ha entrado en un proceso integral de privatización.
En Quilmes la gerenciadora Exxel, se quedó con todo, desde la publicidad y el dominio total de la comercialización de la imagen, hasta los derechos de las compras y las ventas de los jugadores de todas las divisiones. Un chico de trece años que ingresa hoy a Quilmes, ya "es de Exxel". "El contrato establece que el control de compras y ventas es de un comité de seis miembros (tres de Quilmes y tres de Exxel). El presidente del comité es de Exxel y, en caso de empate, el voto del presidente vale dos" (Daniel Razzetto, presidente de Quilmes, a Tiempos del Mundo). ¿Está claro?
¿Club social y deportivo?
Este negocio del gerenciamiento tiene un 'secreto': se basa en la evasión de impuestos. El "club social y deportivo" es una asociación civil sin fines de lucro que no paga impuestos.
La particularidad del gerenciamiento de Quilmes, como los contratos del "merchandising" de Boca y San Lorenzo, es que todos los órganos de la institución -su Comisión Directiva, su asamblea de socios, su asamblea de representantes- siguen en funcionamiento. En una palabra, el club sigue siendo una asociación civil eximida de impuestos… pero los beneficios se los lleva un privado. El contrato que hizo aprobar en forma fraudulenta Miele, el presidente de San Lorenzo, para que entrara al club ISL, dice, en su punto 2-8, que "las partes trabajarán juntas de buena fe para mantener el estado legal exento de impuestos de San Lorenzo" (Página/12, 26/11).
Los dirigentes de los clubes estarán 'pintados', serán la 'máscara' de los negocios de los grupos de inversión (a lo sumo, sus comisionistas menores), los cuales se quedarán con la mayoría de los clubes grandes, obligarán a cerrar o a fusionarse a los chicos, y adaptarán canchas para dos equipos. Esto es lo que ocurre en Europa y también de los grandes clubes de Brasil.
El proyecto está diseñado con el acuerdo de los capitostes del fútbol mundial. "La Fifa ya ha pedido en Tokio, por boca de su propio presidente, Josep Blatter, que se exima a la poderosa corporación futbolística de los impuestos al consumo y a la renta cuando se dispute el mundial del 2002" (ídem).
La AFA, socia menor de los capos de la Fifa, también aprendió a hacer esos 'negocios': el 80% de sus ganancias proviene de la venta de la 'imagen' argentina a distintas empresas. Con TyC tiene el contrato más largo del fútbol mundial (14 años). El último balance la ubica como "una de las empresas más productivas del mundo": arrojó la sideral ganancia de 2.000 palos verdes, cuando todos los clubes de la Argentina están con sus finanzas en rojo. La AFA cobra por todo, no paga impuestos y sólo tiene bajo relación de dependencia a 65 empleados. La AFA es el FMI de los clubes argentinos, todos están hipotecados con ella.
El gerenciamiento es un acto delictivo: desmantela la estructura social de los clubes, fomenta la evasión de impuestos, es un terreno fértil para el lavado de dinero. Los clubes, finalmente, van a caer en manos de un reducido núcleo de grupos de inversión internacionales. En el futuro, los jugadores de fútbol de la Argentina serán "mano de obra barata", pues la valorización de la inagotable cantera de jugadores argentinos va a depender de alguna multinacional.
Muy bien por todos los que están en contra de toda esta porquería.