Sindicales
10/11/1993|407
Sanatorio Antártida: Se avecina una lucha piloto contra la reforma laboral
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La patronal del Antártida ha iniciado un ataque en gran escala contra los trabajadores anunciando una “restructuración”, que incluye despidos masivos, reducción de salarios y categorías y eliminación de convenios. Junto con el vaciamiento del Güemes (y su prometida reapertura con un tercio del personal), marcan la aplicación a fondo y sin anestesia en el gremio de la Sanidad, de la “reforma laboral” menemista.
Los trabajadores del Antártida venían reclamando el pago de un aumento salarial recientemente homologado para la rama de sanatorios privados. La empresa lo negó y solicitó ante el Ministerio de Trabajo la aplicación del “Procedimiento Preventivo de crisis de empresa”, según la Ley 24.013 de Reforma Laboral, acompañada de una “Propuesta de racionalización” donde anuncia el despido de 249 trabajadores. El Ministerio aceptó sin chistar, aunque el sanatorio se encuentra en pleno funcionamiento, con el personal trabajando a ritmos extenuantes y percibiendo sueldos de hambre.
En realidad se trata de un conflicto artificial, fabricado por la voracidad de ganancias de la patronal. El punto fundamental del “Procedimiento preventivo de crisis” es el artículo 104 de la Ley 24.013, que determina que “los trabajadores no podrán ejercer la huelga u otras medidas de acción sindical”, aunque la empresa esté preparando con lujo de detalles la “racionalización” y ejerza una campaña de intimidación sobre los trabajadores.
La “flexibilización laboral”
La empresa aduce que para “flexibilizar” y “disminuir” costos debe “concesionar” servicios como cocina, limpieza, ropería y fisiatría, despidiendo a los actuales trabajadores de esos sectores. Y que por falta de “especialización” e “idoneidad” debería despedir también al personal de enfermería, esterilización y mantenimiento. Esto, tratándose de personal de muchos años, formado con cursos especiales en el propio sanatorio. En su presentación, la empresa sostiene sin pelos en la lengua, que esta reconversión persigue una importante “mejora de la productividad”.
Se trata básicamente de una sustitución de personal efectivo por mano de obra subcontratada, con menor salario, sin pago de cargas sociales y pasibles de mayor superexplotación. Los despidos alcanzan también al plantel médico, que será reemplazado mediante la “contratación de grupos médicos independientes”. El trabajo “temporario” o “eventual” que promueve la “reforma” menemista, no crea fuentes de trabajo. Se aplica para echar personal efectivo y reemplazarlo por eventual sin derechos ni convenios. Esta es la famosa reducción del costo laboral.
Apoyar a los trabajadores del Antártida
El personal del Antártida ha comenzado a realizar asambleas por turnos para debatir las medidas a adoptar. La agrupación ASIS ha iniciado una agitación explicando el carácter de la ofensiva en marcha con dos consignas centrales. Ni un despido ni suspensión; paro por tiempo indeterminado ante el primer despido. Que se pague de inmediato el aumento de convenio.
Y un llamado a todos los establecimientos de Sanidad para reclamar a ATSA una asamblea general del sindicato, para resolver un plan de acción ante la situación del Antártida y el cierre del Güemes, con 1.500 trabajadores en la calle. La política patronal de los dos mayores sanatorios privados del país marca el alerta para todo el gremio. El conjunto del movimiento obrero debe pronunciarse contra esta experiencia piloto de la reforma laboral.