Termap es el camino

Hasta este momento, las empresas petroleras se niegan a recibir a los 115 trabajadores que ocupan Termap (Terminales Marítimas Patagóni­cas, estación de despacho del petró­leo extraído en la zona), pidiendo puestos de trabajo. Los consideran “ocupantes ilegales que se valen de maniobras extorsivas” (Tiempo Sur, Santa Cruz, 2/8).


Sin embargo, como lo explican los propios trabajadores: “Ellos no quieren dar el trabajo, el petróleo es nuestro, la riqueza está en Santa Cruz, ¿por qué tenemos que hacer esto para que nos den un puesto en el petróleo?” (Crónica, Comodoro, 28/7).


El mecanismo capitalista que pro­duce la desocupación es muy claro. Mientras el índice de obreros ocupa­dos, que elabora el Indec, tiene “exac­tamente el mismo (nivel) que en el pri­mer trimestre de 2001”, las horas tra­bajadas “muestran un impresionante crecimiento del 7,3 por ciento en el úl­imo trimestre y 10 por ciento interanual” (Página/12, 20/7).


La superexplotación y la desocu­pación van de la mano. Hay que en­frentarlas a las dos.


La jomada laboral en la Argentina supera las 2.000 horas (informe de la OIT), “una de las más extensas del mundo occidental”. El promedio inclu­ye las horas extras que, en una pro­porción que el Ministerio de Trabajo considera “alta”, no se pagan. Repsol y otras empresas han impuesto una virtual jomada de 12 horas. El salario promedio del trabajador argentino en dólares, además, que es como se mi­de el ingreso de las petroleras, es en­tre cinco y diez veces inferior al euro­peo o estadounidense. La “calidad’’ de la reactivación en curso se mani­fiesta en que “el empleo se crea más fácilmente (que antes), pero se des­truye rápido” (Ministerio de Trabajo, sobre Encuesta Permanente de Ho­gares, La Nación, 19/6). Las dos ter­ceras partes del empleo creado des­de la devaluación es en negro.


Los trabajadores que ocupan Termap están librando una lucha estratégi­ca. Los piquetes de los trabajadores han arrancado 1.209 puestos de traba­jo a las petroleras en Santa Cruz, pues­tos de trabajo que sin la acción de la clase obrera no se habrían obtenido jamás.


Las conclusiones de Caleta Olivia son que hay que luchar por el reparto de horas de trabajo y por el control obrero de los ritmos de producción.


Movilicémonos por el desprocesa miento a los luchadores que, en Santa Cruz, afecta a los anteriores ocupantes de Termap y a numerosos dirigentes y activistas docentes.