Tucumán: Palito, Bussi, la Legislatura y la bendición del Opus Dei
Seguir
Con los nombramientos de Béliz, de Fondevila (ex dirigente del FIP y del MPL) y de otros, como Toledo (de la Fundación del Tucumán, que nuclea a los pulpos capitalistas más grandes), como asesores y ministros, el gobierno de Ortega ha desatado una contraofensiva política dirigida para superar a costa de los trabajadores el explosivo quebranto financiero del Estado y rearmar las posibilidades del PJ para el ’95.
El relevo de las dos principales figuras del gabinete provincial, Falú y Ramírez, se produjo ante la resistencia de éstos a aumentar el presupuesto del intendente de San Miguel, el bussista Bulacio, y a acordar el plan de reforma del Estado con la mayoría de la bancada legislativa del PJ. Es decir que Palito ha suplantado el intento de disolver la Legislatura por este pacto provincial, que, Béliz mediante, cuenta con el apoyo de la Iglesia y del grupo clerical conspirativo Opus Dei.
El Ministro de Economía, Ríos, recientemente dio detalles del crecimiento explosivo del déficit provincial y de la solicitud de un crédito al Tesoro Nacional por 100 millones en títulos Botes, con la garantía de la coparticipación federal. La recepción de estos títulos estaría condicionada a la ejecución de un plan de “reforma del Estado”, cuyos puntos esenciales pasan por la transferencia de las Cajas provinciales, la privatización del Banco Provincia (para abril del ’95) y de otras empresas del Estado provincial (EDET, DIPOS, etc.). Además, se prevén despidos masivos; uno de los borradores de una consultora contratada por el gobierno señala la necesidad de prescindir de 15.000 empleados. En una ocasión anterior, Palito planteó la posibilidad de reducir los salarios para financiar un “fondo de desempleo” en la industria azucarera. A este “paquetazo” se sumarían medidas para transferir a los municipios el sistema educativo provincial y profundizar la “autogestión” del sistema hospitalario estatal.
La resistencia de los trabajadores durante setiembre-octubre del ’93 y la división en el gobierno, habían bloqueado estos planes y obligado a Palito a gobernar por medio de decretos que eran desconocidos en su mayoría por la Legislatura, y a vetar las leyes sancionadas por ésta. El cambio de gabinete ha permitido a Béliz iniciar negociaciones con la mayoría de la bancada del PJ, un ala de la UCR (Courel), un sector del bussismo (Dignidad Republicana) e incluso con el propio Bussi.
Es por referencia a toda esta conspiración del “piadoso” ministro de Ortega, que cobra fundamental importancia la jornada del 2 de agosto, la cual debe ser masiva y activa. En un reciente plenario de la Asamblea de Trabajadores, ATE se pronunció por un paro matero, con la consigna de un Tucumán para todos. En contraste con esto, otros sindicatos, como el Frente de Municipales, y diversas organizaciones estudiantiles y políticas, se pronunciaron por el paro activo. Lo mismo volanteó el PO, que denunció los planes de Ortega y propuso formar un comando con todas las organizaciones dispuestas a impulsar el carácter activo del paro y una plataforma para la lucha que parta de la defensa de las Cajas, el salario y la defensa de la estabilidad laboral y demás conquistas.