Actriz y militante denuncia amenazas

Mi nombre es Gisela Gaeta. Soy actriz, formo parte de la conducción de la Asociación Argentina de Actores y de su Comisión de Derechos Humanos.


Desde mi adolescencia milito en la lucha social, trabajando siempre con personas en situación de calle, en villas y también en cárceles.


Mi tarea es brindar enseñanza de arte escénico en los mencionados sitios. Actualmente dicto clases en el Complejo N° 2 de Marcos Paz. Hasta el año pasado trabajé en la U3 de Mujeres en Ezeiza.


Fui activa militante en Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.


Si bien durante todos estos años de militancia he sufrido amenazas por todos los medios –teléfono, mails, de palabra–, nunca pasé por la situación que me toca en la actualidad.


El 26 de junio acudí a la UFI 3 de los Tribunales de Morón, debido a que habían dejado un rollito de papel sobre el felpudo de mi puerta, que resultó ser una cédula policial en la que me citaban ese día a presentarme en dicha Fiscalía.


Cumplí con esa intimación. Al llegar a la UFI 3, me comunican que en ese mismo momento debía ir a buscar un defensor a la Defensoría 14. Hice lo que me decían, creo que por considerarlo un trámite. Pero en la Defensoría me comenta, quien luego será mi “defensora”…, que me negara a declarar.


Desconcertada, pregunté ¿de qué me estaban acusando? La doctora Conte, mi “defensora”, me dijo que ella no había leído bien el expediente (sic), pero que estaba acusada de amenazas de muerte hacia una persona llamada Laura Farese.


¡Desconozco a esa persona!


Concluyo, para no extenderme, comentando que estoy procesada, fui demorada varias horas, he dejado mis huellas en cientos de hojas y mi rostro en la famosa foto de prontuario.


Al regresar a mi casa, en estado de shock, luego de haber sido humillada todo lo que han podido, me comuniqué con un gran amigo, abogado penalista que no ejerce en la actualidad. Sólo quise contarle y que me explicara un poco de todo este momento surrealista que estaba viviendo. Lo primero que me dijo: “Finalmente, te armaron una causa”. Concluyó diciéndome que él no me dejaría sola y que le permitiera participar de la defensa, junto con el abogado que yo eligiera.


Mi abogado en ciernes y yo continuamos comunicados a diario; él y yo buscábamos encontrar de qué lugar venía el ataque. El viernes se cortó la comunicación. Me llamó la atención. El domingo me avisan por un mensaje de texto, que él había sufrido un terrible accidente con su camioneta, muy confuso, y que estaba internado en estado crítico.


En ese momento, la noche se me hizo presente y comencé a darme cuenta de que no estamos en las manos de algún gracioso o de una vecina fascista. Estamos en manos muy pesadas.


Ahora me confirmaron que el peritaje realizado a lo que quedó de su camioneta, arrojó como resultado que tal “accidente” fue provocado intencionalmente.


Agradezco la ayuda y una vez más pido movilizarnos todos los organismos de derechos humanos y los compañeros luchadores sociales, porque juntos siempre logramos la justicia que de otra manera, no llegará nunca, o tal vez encuentre un desenlace como el de Jorge Julio López o tantos otros que no hicieron otra cosa que poner el cuerpo, en pos de intentar una mejor calidad de vida para los excluidos y olvidados.


Un abrazo fraternal,


Gisela R. Gaeta (DNI 14.078.046) – giselarosan @yahoo.com