Algún día, los obreros …

Una tarde como ésta, como pocas,


habrá un árbol en la plaza


en lugar del bronce inanimado.


Habrá un canto simple a la tierra


en lugar de himnos estridentes


a la gloria y a la muerte.


Habrá naciones infinitas y fecundas


realizando la alegría y el anhelo,


habrá tareas, habrá niños y ancianos,


pero todos serán jóvenes


estarán abrazados los poetas


construyendo y registrando


la espiritual circularidad del mundo,


no habrá banderas


ni habrá fronteras,


el mundo no será más justo ni injusto,


bueno ni malo,


será sencillamente bello,


y sus constructores


los obreros.