Correo de lectores
24/2/2005|888
Bajo el suelo porteño
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Una música suena.
Suena roja,
bajo el suelo porteño.
Un hombre con overall,
lleno de grasa y aire viciado,
a oscuras sueña e ilumina todo.
No enriquece a los ya ricos el trabajo ajeno
cuando esos hombres sin sol
caminan por las vías.
Se eligen,
se dirigen y se enfrentan
a las fuerzas de la historia,
No hay Dios, ni Estado
que haga andar el subte,
sólo los hombres que con su sudor y genio lo crean.
Caminan por las vías,
con sus borcegos rotos,
y sus puños son uno solo y en alto.
Bajo el suelo porteño
los herejes más conscientes
han tomado el cielo por asalto.
Pronto Dios recula y decide escucharlos.
Ellos lo han matado.
Ellos han vencido.
Ellos son la historia que estamos por escribir.