“Balance de una desocupada”

Hace algunos años, salí en bus­ca de mi primer puesto de trabajo, el que la sociedad debía de tener reservado para mí.


Era una adolescente que apenas dejaba la escuela primaria, sin expe­riencia y con mucho miedo; sólo me daba seguridad y protección mi ma­dre, que me acompañaba recorrien­do posibles puestos de trabajo.


Falta muy poco para que cam­bie el siglo, avanza la tecnología y otra vez, como se dice vulgarmente, debo salir a “patear la calle” en busca de trabajo; ya no soy una adolescente y no me acompaña mi madre, cuento con la experiencia que da la vida a través de los años y debo enfrentarme a la “situa­ción de desastre” a que ha sido llevada la clase trabajadora por el gobierno capitalista y la burocra­cia sindical traidora, sumiéndola en el desamparo y la miseria.


El capitalismo beneficia a las grandes empresas, reducen los sa­larios, fugan capitales, incremen­tan la flexibilización laboral con toda clase de atropellos hacia los trabajadores, destruyen la educa­ción y la salud y aumentan el sufri­miento y las carencias de los traba­jadores. El menemismo nos dice que de esta forma… “generan más puestos de trabajo”, ya que se reducen los costos laborales, “una gran mentira”: la desocupación seguirá creciendo y los únicos que perdemos somos los trabajadores…


El gobierno capitalista rescata a los bancos en quiebra, paga la deuda externa… y en muchos barrios obreros (Budge, Fiorito, V. Lamadrid) los trabajadores ven avanzar la tuberculosis, el cólera, la meningitis, etc. (enfermedades de la pobreza), y el hambre entre sus familiares.


La vida de todo trabajador es un calvario, con el aumento del transporte y de los servicios (luz, gas, etc.) y todo lo que ello trae aparejado, y nos quieren distraer la mente con la podredumbre del caso Cóppola, que no hace más que poner al descubierto la corrupción del gobierno y la impunidad que beneficia a “ricos y famosos”.


La diferencia de clases cada vez es más grande; tiene que nacer una nueva y consecuente dirección para las luchas obreras, y así poder “frenar” este brutal ataque a los trabajadores, buscando una inde­pendencia política, porque la buro­cracia sindical (CGT-CTA-MTA) sigue ‘deshojando la margari­ta’, dejando el camino libre para el avance capitalista y el aniquila­miento obrero… los trabajadores ya no contamos con el derecho a tener un puesto de trabajo, ése que la sociedad “debe tener” para cada uno de nosotros, porque una gran parte de la dignidad del hombre y su familia depende de él.