Correo de lectores
21/10/2004|873
Bien sabes
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Busca dentro de ti la solución de todos los problemas, hasta de aquellos que creas más exteriores y materiales No hables a todos de las cosas bellas y esenciales
No arrojes margaritas a los cerdos Desciende al nivel de los hambrientos
para no humillarte o desorientarte Bien sabes que este mundo es un mundo de hambrientos, hambrientos de lucha.
Lucha por el pan, lucha por amor, lucha por la vida, lucha por el conocimiento,
lucha por los luchadores
Aprende a luchar por ellos
A escuchar el grito de liberación que desde las calles claman los oprimidos;
oprimidos por este devorador que se alimenta
de nuestros sueños, nuestros hijos, nuestras esperanzas
Aprende a conocer del hambre que te hable,
en el concepto de que
fuera del hambre de lucha todo se
esconde.
No te hagas el distraído, no pases desapercibido
mira a tu alrededor y ve lo que te digo
Un relato nuevo se impondrá,
ganará las calles y la tierra
Un texto limpio elevará las voces
Voces apeladas, reprimidas, castigadas y nunca silenciadas.
Mis palabras no quedarán aisladas,
me encontrarás junto a muchas canciones desparramadas,
tristes, contentas, amontonadas y después otra vez desparramadas
Mi texto brotará desde lo más profundo,
de lo más oscuro donde ellos me dejaron abandonado,
cortará las cadenas con las que me ataron,
se trepará por donde nunca antes se han trepado.
Muchos no se contentan con lo que te he contado,
pero ya no me detendré a mirarlos ahora que he llegado a lo mas alto de lo acostumbrado
Sueños no,
reales como claros manantiales
brotarán de tus ojos,
que alguna vez me miraron
y así me sumergiste entre los folios
tersos
del libro virginal de tu memoria,
me verás donde quieras: empapados de reclamos
miraré tu sonrisa escondida detrás de los niños
aclamando por esos sueños que tu dices sueños.