¿Cada cuál tuvo la plaza que se merece?

Evidentemente se trata de un título, para un artículo central, bastante polémico. El Polo Obrero, ¿tuvo la plaza que se merece? No. Lo que se merece es, quizás, tener un millón de personas, y no las cien mil, y esto por nuestra política. ¿Y la Ccc con la Ftv? Seguramente por sus políticas, mucho menos de lo que juntaron. Pero ¿uno puede establecer este tipo de comparaciones? Quizás lo único que refleja, del que escribió, son las limitaciones de nuestra política, y de que las organizaciones criticadas, con sus crisis incluidas, son las que aglutinan, por ahora, mayoritariamente a los trabajadores.


No se trata de endiosar a nuestra convocatoria, ni tampoco de tirarla por el suelo, ya que lo correcto habría sido darle el lugar que se merecen en un artículo (la crítica a la Ccc y la Ftv), por ejemplo un tercer párrafo.


Para ello es necesario reflejar algunas experiencias y problemas:


1. El artículo de Tucumán, escrito por D.B., da cuenta de que la movilización más importante, por su contenido, fue la del Bloque Piquetero. En cambio la más numerosa fue la convocada por la Ccc, pero su contenido fue bolsonero, más allá de que fue obligada a movilizarse por sus reivindicaciones pendientes, y por la convocatoria del Bloque Piquetero, en el cuadro de una crisis de poder en la provincia. La Cta no movilizó.


2. El gobierno de Miranda lanzó un censo entre los compañeros de los planes, con el evidente propósito de desactivar la jornada. Pero el tema del censo merece ser analizado detenidamente, ya que se trató de un experimento, en el camino, de dar el control de los planes sociales a las ONGs (plan social del imperialismo). La reacción de la organización del Polo de Ojo de Agua, o sea de la mayoría de los compañeros, fue la de quedarse en sus casas para ser censados, lo que puso en dudas nuestra participación en la movilización. La desorientación incluyó a los dirigentes de la zona. Tuvimos que recurrir a los familiares (hijos, etc.) para garantizar la movilización.


3. Constantemente nuestros compañeros nos preguntan hasta cuándo duran los planes, y nuestra respuesta es que tenemos un acuerdo con la ministra de trabajo, que es fruto de la movilización, etc., etc. También se explica de que los planes “son del Polo”. Y aquí viene el problema: paradójicamente o paradojalmente los planes son del Polo (control de planillas de firmas, la organización de los compañeros, etc.) y no son del Polo (censo, dificultad de cotizar, etc.). Y también para el poder político los planes son suyos (consejos consultivos, etc.) y no lo son (arrancados por el bloque piquetero). Esto explica que el movimiento piquetero esté corroído por distintas tendencias (pequeño burguesas, burocráticas, del gobierno, etc.), que se enfrentan a las tendencias revolucionnarias del PO. Por eso es acertado decir que el Polo Obrero es una verdadera escuela para la formación de cuadros revolucionarios. En este cuadro es que , también, se manifieste la crisis de poder en el seno de nuestra organización; crisis de poder que no es solamente de la burguesía.


4. Siempre se dijo que el desocupado en lucha no tiene nada que perder, a diferencia del ocupado que tiene trabajo. Pero ahora con los planes ¿no tiene temor a perderlo? Se da el caso de que cada organización de desocupados tiene bajo su tutela un número determinado de planes, e incluso hasta el punteraje Justicialista. Entonces ¿no es esto una forma de territorialismo agazapado, que feudaliza a los trabajadores, e incluso es un obstáculo político para el desarrollo del Partido Obrero? E incluso las organizaciones piqueteras burocratizadas hacen un culto a tal situación, y que en el caso de los ocupados sería como dividir a los obreros según el oficio que tengan, y no bregar por una acción obrera unitaria.


5. Ante lo planteado propongo lo siguiente: a) que el Polo Obrero le dé a la organización de los desocupados la fisonomía de un sindicato clasista, es decir de un frente con los compañeros de las distintas tendencias en lucha reivindicativa y política. Evidentemente esta ya se realiza con las convocatorias de las asambleas de trabajadores ocupados y desocupados; b) nuestras reivindicaciones y movilizaciones deben empezar a seleccionarse, ya que en general se presentan petitorios inmensos, donde nos terminan conformando con bolsones que son recontratransitorios, y que quizás sirvan para abrir nuevas zonas. Entre la reivindicación más importante a considerar debe ser la del aumento del importe del plan, en el camino de lo que es el subsidio al parado. Y la movilización debe ser estudiada por su efectividad, es decir por el triunfo. En este orden de prioridad deben seguir los distintos subsidios estatales, que permitan la estabilidad y organización del Polo Obrero; c) este planteo debe ser llevado a las organizaciones piqueteras afines; d) de esta manera en un cuadro reivindicativo más específico se empieza a atacar y superar que los planes son de tal u otra organización. Porque al final de cuenta los trabajadores no deben ser coto de caza de nadie, sino de lo que se trata es de influenciar políticamente al conjunto, ya que “la formación de tendencias y su lucha dentro del estado obrero (en este caso en el Polo Obrero) y en sus organizaciones políticas y sindicales no son nada más que la expresión de la heterogeneidad de las clases trabajadoras y dentro de la misma clase obrera, de los distintos intereses y capas que se manifiestan en las distintas soluciones y vías para resolver los problemas de la época de transición hacia el socialismo…” (Voz Proletaria, La Habana, En Defensa del Marxismo Nº 18).


Entonces, volviendo al comienzo, no se trata de merecimientos o de lo que se merece, sino de marcar que cien mil personas fue histórico e importante, pero de que todavía no hemos influenciado a la mayoría del pueblo. O mejor dicho nuestro merecimiento llegará tarde o temprano, cuando superemos dialécticamente con consignas y organización todos nuestros planteos.


(2/1/03)