Carta a un hijo baleado

Un militante del Partido Obrero (sección argentina de la IV Internacional)


Entre los heridos de la represión contra Los Pinos de San Fernando también estás, vos hijo mío. Lo siento. Una bala de goma te dio en la piernita, mientras junto a tu mamá intentabas protegerte del brutal ataque. Lo siento hijo mío. Por suerte no fue de mucha gravedad, pero el ataque policial a las 4:30 horas no midió las consecuencias. Al ver a todos nuestros niños, siempre entre nosotros, no sólo los adoramos como propios. Tenemos la certeza de que, aún llenos de inocencia, ustedes se van educando y entrenando el instinto, y todos sabemos que el Partido, hijos de nuestro corazón, hará el resto.


Cuando crezcan sólo un poco más, irán tomando mayor conciencia de las cosas y de la clase a la que pertenecen, pero hoy te cuento que el fenómeno de ver a los trabajadores más humildes marchar con lo poco que se tiene a cuestas, incluida su prole, y que luego de semejante golpe se lave las heridas, junte lo que no se rompió, se reagrupe e inicie la reorganización de una lucha de mayor alcance aún que la anterior, es un fenómeno verdaderamente maravilloso. La vida es hermosa hijo, pero además tenemos la ventaja de estar en un Partido de verdad. Hijo, nos vemos en la lucha.