Cavallo tiene razón

Carlos (jubilado, Capital)

Cavallo tiene razón cuando dice que no puede pagarnos y tiene razón cuando no nos dice por qué no puede pagarnos, porque, en realidad, ni siquiera un ministro de un gobierno como el que tenemos puede decirnos la verdad, porque ella sería ofensiva para aquellos a quienes sirve un ministro como Cavallo; miren ustedes mi caso.

 

Yo hice un juicio porque no me pagagan el 82% móvil, como lo determina la ley, y gané el juicio. Lo gané en 1988, y no tuve noticias hasta marzo de 1990. En esa oportunidad comenzaron a pagarme el 82% y, a cuenta de los atrasos, me entregaron 10 millones de australes.

 

La abogada me dijo que ese importe correspondía a un semestre, el último semestre de 1989. ¿Se me debe algo más?, pregunté. Sí, me explicaron, a usted se le adeudaba siete años de diferencias y, por consiguiente, se le adeudan, dado que se le pagó uno, 13 semestres más… ¿Cuánto es cada semestre?, pregunté. Me explicaron que podía muy bien calcularse que cada semestre adeudado vendría a ser de unos 10 millones de australes, como el semestre pagado y cobrado por mí.

 

Me  dijeron que el importe adeudado se acrecentaba con el costo de la vida. Por consiguiente, comencé a llevar una cuenta, comenzando con 100, hasta diciembre de 1991. Los 100 pesos iniciales se habían convertido en 469.348, 51; multipliqué esa cifra por los 130 millones iniciales y obtuve la cifra de 610.153.063 australes, algo más de 953.000 dólares de 1991…

 

En virtud de una ley que votaron peronistas, Ucedé, radicales y riquistas se dispuso pagar en bonos. Sin embargo, el Estado Menem-Cavallo convirtió mis australes, que valían 640 por dólar, en australes que comenzaron a valer 10.000 australes por un dólar, con lo cual mis 953.000 dólares se habrían convertido en 61.000 dólares … Pero la cosa no terminó ahí, me pagaron 32.217 en presuntos dólares que debo cobrar en el año 2.001.

 

Mis cuentas son sencillas, de 953.000 dólares Cavallo me los redujó, primero, a 61.000, luego “me pagó” 32.217, señalando que eran “a cuenta de un total”, y luego me posterga el pago para el año 2.001.

 

Tengo derecho a multiplicar esos 930.000 dólares por los millares de juicios que se ganaron y, además, por los millares de juicios que no se hicieron y  creo que tendremos una cifra sideral, pues se trata de millones de jubilados a quienes se ha hecho una estafa igual.

 

Cuatro millones de jubilados, y 900.000 dólares a cada uno, hace una cifra sideral y, me parece, políticamente explosiva: cuatro millones por 0,9 millón, hacen: ¡¡¡TRES BILLONES SEISCIENTOS MIL MILLONES DE DOLARES!!!

 

Lo importante es que Cavallo tiene razón, no tiene plata para pagarnos. Y tampoco puede decirnos que el dinero que se nos ha robado, que no está en poder del Estado, tiene que estar, entonces, en poder de la clase poseedora argentina.

 

La conclusión es la siguiente: CAVALLO TIENE DERECHO A DECIR: LA BURGUESIA ARGENTINA HA ROBADO TANTO A LOS OBREROS APORTANTES Y A LOS JUBILADOS QUE, SI FUERA OBLIGADA A PAGAR, ¡¡¡TENDRIA QUE ENTREGAR LOS CALZONCILLOS!!!