Chau, mamá

La vida de mi mamá se apagó esta madrugada. Después de luchar casi diez años con toda su voluntad (que no fue poca) contra esa enfermedad de mierda que es el cáncer.


Este tipo de cartas en Prensa Obrera suelen dar cuenta del espíritu militante del compañero que nos deja. Sin embargo, yo no puedo hacer lo mismo: mi mamá hace más de dos décadas que dejó de creer en la revolución y yo tengo apenas 25 años.


Se fue del Partido con mucho rencor, que yo fui asimilando como tantas cosas uno asimila de su madre y que sólo pude superar con el paso del tiempo (mi viejo también tuvo algo que ver).


Conozco al detalle y admiro su militancia contra su enfermedad, conozco al detalle y admiro su militancia por educar de la mejor manera posible a mi hermana y a mí, pero conozco poco sobre su militancia política, que también supongo admirable. Por eso es que quiero reconstruirla, aunque más no sea a partir de las historias de aquellos que la compartieron con ella. Por favor, mandarlas a [email protected].


Mamá: te quiero, te extraño, te necesito.