Cinco años sin visitantes en el fútbol

Socio del club San Martín de Tucumán

Funcionarios y legisladores “se preocuparon por expresar a través de las redes sociales la necesidad de que el clásico de este sábado entre Atlético y San Martín [de Tucumán] se dé en un marco de normalidad” (La Gaceta). El lema es "por un clásico en paz" ¿De qué hablan estos muchachos? ¿”Normalidad”? ¿”Paz”? ¿Jugar sin visitantes es normal? ¿No tomaron nota de un pequeño gran detalle, que se cumplieron cinco años -en junio pasado- de la muerte de Javier Jerez, el hincha de Lanús asesinado por la policía en el ingreso al Estadio Único de la Plata? Ese episodio derivó en lo que fue una medida presentada como temporaria, pero que ya que cumple media década [y que es] la prohibición del ingreso de hinchas del club visitante en los estadios de Primera División. Esta medida no fue una solución para frenar la violencia en las canchas. Hay enfrentamientos entre facciones internas de la misma barra. Las muertes tampoco se detuvieron.  


En el 2015 se tomó la decisión que se juegue un partido por fecha con visitantes y que, con el tiempo, fuera aumentando la cantidad. No hubo avances. “Después del mundial vamos a tener público visitante en la Superliga”, había prometido el presidente de la AFA. Esto no se concretó. Los funcionarios locales, como sus pares nacionales, bajo distintas gestiones políticas, son cómplices, por acción u omisión, de la situación descripta. Los últimos acontecimientos, relacionados con la final de la Copa Libertadores, pusieron evidencia la creciente descomposición de los distintos factores (barras, dirigentes, negocios y seguridad) que cohabitan, conflictivamente, en los clubes de fútbol ¿Las consecuencias? Vulneran un derecho fundamental del hincha: concurrir, sin condicionamientos, a una cancha de fútbol. La “normalidad”, en los estadios de futbol, va a depender del desarrollo de agrupaciones de socios e hinchas. Los únicos interesados en erradicar los negocios y la violencia en el futbol.