[CORREO DE LECTORES] La baja de la edad de imputabilidad: capitalismo explícito


La “propuesta” de bajar la edad de imputabilidad penal de los niños niñas y adolescentes debe ser analizada en el contexto de putrefacción del régimen capitalista. Hace a su naturaleza, y por lo tanto, no es más que una de las salvajes y brutales respuestas que puede esperarse del mismo.


Datos oficiales


Según informa el Ministerio Público de la provincia de Bs As, al 17 de diciembre del año 2.012, 30.988 personas  se encontraban privadas de su libertad en las bestiales dependencias del servicio penitenciario bonaerense.


La siniestra cifra fue mutando para peor.


Llegaron a ser  31.621 para la misma fecha del año 2013, pasaron a 35.979 en el año 2014 y ascendieron a  39.927 en el 2.015.


Siempre el conurbano “aportó” más del 60% de los detenidos; evidencia palmaria de que la inseguridad es padecida, fundamentalmente, por los desposeídos. Además que los encarcelados reúnen dos condiciones básicas: ser jóvenes y pobres.


El sistema penal es esencialmente  un instrumento  de  control social. Para eso nació y esa es la razón de su existencia. Le cae “como anillo al dedo” a la estructura social vigente.


La clase laboriosa tiene que advertir que en este terreno también se exterioriza de un modo irrefutable la impiadosa política sancionatoria que las variantes burguesas de gobierno dirigen hacia la masa creciente de excluidos que, de modo directamente proporcional a la tasa de ganancia del capital,  las mismas generan.


La tan mentada falta de seguridad ciudadana solo será resuelta cuando no exista la explotación del hombre por el hombre. En  ese “escenario”, por ridícula, la reeditada pantomima de debate sobre el límite de edad de la imputabilidad  no tendrá cabida.


Para ello la clase  que produce la riqueza debe desentenderse para siempre de la caterva de explotadores y corruptos que fluctúan entre una y otra alternativa de la política burguesa, y el FIT debe asumir una postura definitivamente opuesta y contradictoria a las mismas.


Así se consolidará como la “llave maestra” de ese cambio revolucionario, y eso


Justo Será.