[CORREO DE LECTORES] Las Sociedades Anónimas Deportivas y el debate en San Martín de Tucumán

Integrante de la Agrupación Ciudadela. Socio del club San Martín de Tucumán

El debate por las sociedades anónimas deportivas, iniciado en octubre de 2016, tiene un trasfondo: $1346 millones. Se trata de “ventajas impositivas”, concedidas a los clubes, en el 2003 (decreto 1212). Interesa, ahora, duplicar o triplicar los aportes de los clubes a la AFIP. A la vez se busca viabilizar la apertura de los clubes a los capitales privados. La derogación del decreto (aportes a la seguridad social en un 7% sobre los ingresos de TV, venta de jugadores y de entradas) llevaría a una quiebra virtual de los clubes. Sobre todo a los que tengan mayor cantidad empleados en relación de dependencia. 


La SAD [Sociedades Anónimos Deportivas] se votaría en asamblea y en secreto. La moneda de “cambio” sería la no derogación de tal decreto. Desaparecería, en clubes como San Martin o Atlético [Tucumán], la figura de las asociaciones civiles sin fines de lucro. El voto secreto no figura en el estatuto de la AFA. ¿Los dirigentes de los clubes? Deberían votar en función de la representatividad y de lo que piensan sus socios. La desaparición de algunos clubes tiene un interés: su valor inmobiliario. 


La SAD es un pedido de la Superliga (manejada por un Ceo). La preocupación de los clubes, en cambio, es más terrícola. La prioridad es pagar los viajes y desplazamientos que deben realizar. No el fixture de los rivales. Desaparecería el rol social que cumplen los clubes en sus entornos, además de poner en crisis el vínculo de identidad con sus socios. El afecto y las amistades, en un club, no se rigen por las reglas del mercado. La asamblea de la AFA está constituida por asambleístas de todas las categorías. El sí a la SAD proviene, también, de clubes manejados como una empresa (por ejemplo Talleres de Córdoba o San Martin de San Juan), aunque el impulsor principal es Mauricio Macri. Introducir inversores privados. El tema analizado, luego de la entrega a Fox/Turner y ESPN del fútbol televisado, había quedado sin resolverse. El estatuto de la AFA se modificó, aquel momento, en términos contradictorios. Aprobó, por un lado, la creación de la Superliga y los clubes continuaron como organizaciones civiles sin fines de lucro, cerrándose la posibilidad de crear sociedades anónimas. La oposición “nacional y popular”, a cargo de San Lorenzo de Almagro, en la persona del desplazado Tinelli, en los comienzos de Tapia [titular de la AFA], denuncia el voto secreto (electrónico). “Permitiría que los delegados puedan elegir a espaldas de los socios”. Mientras tanto, la Coordinadora de Hinchas, una organización federal de simpatizantes, creada en Buenos Aires, sostiene que el “que el voto sea a mano alzada”. 


En San Martín de Tucumán, cualquier decisión de su presidente, debe ser consultada, previamente, a los socios ¿Razones? Sólo los socios y simpatizantes organizados, en agrupaciones, podrán evitar el derrumbe del fútbol.