Cuando el Diablo mete la cola

A los familiares y amigos de las víctimas de Cromañon


La Iglesia Católica anunció que hará dos misas y actos por mes en la Catedral y en la Plaza de Mayo en memoria de las víctimas. Con esto intentan suplantar a las calles y diluir el reclamo de justicia en el marco de un mero recordatorio. A aquellos padres que aún no quieren que activistas ni organizaciones participen en su reclamo, les preguntamos: los curas, ¿no son activistas? La Iglesia, ¿no es una organización política?


 


Deberían confiar en las organizaciones independientes del Estado y en sus luchadores, y deberían tener mucho cuidado con las organizaciones que están ligadas tan parasitariamente al Estado, y que tienden permanentemente a la asociación ilícita con éste para salvaguardar sus intereses. En otras palabras, nadie muerde la mano del que le da de comer.


 


Quizás Ibarra caiga. ¿Se termina la lucha? Después de tantas inspecciones, del “antes y después de Cromañón”, sólo un ejemplo: en una tanguería se cayó una araña de 100 kilos, no fue otra masacre por casualidad. Ibarra o no Ibarra, plebiscito o no plebiscito, acá nada cambió, sólo el superávit fiscal y las ganancias de los Chabanes. Un gobierno que no protege la vida de las personas, que es la primera y más elemental de las funciones que debe cumplir, está acabado. Seguramente, cuando los fósiles de Bergoglio, Laguna y Cassaretto se reúnan a cenar una noche de éstas con los Macri, los Duhalde y los Ibarra, luego de varios vasos de Don Perignon harán su mea culpa en el vomitorio.


¡Por una alternativa obrera y socialista!