Correo de lectores
23/3/1993|385
De la asociación de profesionales de la comisión nacional de energía atómica
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Si se desmenbra la CNEA en diversos sectores, se prepara el camino para privatizar, o para ceder en concesión la explotación de las unidades productivas. Y así se corren muchos riesgos:
Perder la seguridad:
La seguridad de las centrales nucleares puede verse comprometida por el afán de rentabilidad de una empresa concesionaria.
Perder los beneficios y aumentar los costos del Estado.
El Estado, es decir todos nosotros, corremos el riesgo de quedarnos con todas las responsabilidades y ningún beneficio.
Mientras un operador privado maneje los recursos provenientes de la facturación por la energía generada, el Estado tendría que afrontar los gastos para garantizar la seguridad y la continuidad de las centrales nucleares.
Perder mercados.
Se puede perder por abandono mercados prácticamente exclusivos de la CNA, que produce y provee a precios reducidos insumos tan importantes como radioisótopos y otros productos de la técnica nuclear de uso en medicina, actividades agropecuarias e industriales.
Perder equipos de científicos y profesionales que costó muchos años y mucho trabajo formar.
Si se desmembra la CNEA, se desarticulará y perderán los equipos científicos y profesionales que han hecho posible y sostienen hoy mismo el desarrollo nuclear en la Argentina.
Por esos los profesionales de la CNEA advertimos:
• Que debe darse un marco legal específico para el conjunto de la actividad nuclear.
• Que se debe planificar la inserción futura de las centrales nucleares atendiendo a las reales prioridades energéticas del país.
• Que es imprudente proceder a una reestructuración de fondo de la CNEA antes de establecer claramente su rol futuro.
• Que debe buscarse la máxima eficiencia de gestión dentro de la CNEA, explicitando planes, transparentando la gestión y alentando la conservación y el desarrollo de sus recursos humanos.
En energía Atómica sin prevenir no hay porvenir.