De la asociación de profesionales de la comisión nacional de energía atómica

Si se desmenbra la CNEA en diversos sectores, se prepara el camino para privatizar, o para ceder en concesión la explotación de las unidades productivas. Y así se corren muchos riesgos:


Perder la seguridad:


La seguridad de las centrales nucleares puede verse comprometida por el afán de rentabilidad de una empresa concesionaria.


Perder los beneficios y aumentar los costos del Estado.


El Estado, es decir todos nosotros, corremos el riesgo de quedarnos con todas las responsabilidades y ningún beneficio.


Mientras un operador privado maneje los recursos provenientes de la facturación por la energía generada, el Estado tendría que afrontar los gastos para garantizar la seguridad y la continuidad de las centrales nucleares.


Perder mercados.


Se puede perder por abandono mercados prácticamente exclusivos de la CNA, que produce y provee a precios reducidos insumos tan importantes como radioisótopos y otros productos de la técnica nuclear de uso en medicina, actividades agropecuarias e industriales.


Perder equipos de científicos y profesionales que costó muchos años y mucho trabajo formar.


Si se desmembra la CNEA, se desarticulará y perderán los equipos científicos y profesionales que han hecho posible y sostienen hoy mismo el desarrollo nuclear en la Argentina.


Por esos los profesionales de la CNEA advertimos:


• Que debe darse un marco legal específico para el conjunto de la actividad nuclear.


• Que se debe planificar la inserción futura de las centrales nucleares atendiendo a las reales prioridades energéticas del país.


• Que es imprudente proceder a una reestructuración de fondo de la CNEA antes de establecer claramente su rol futuro.


• Que debe buscarse la máxima eficiencia de gestión dentro de la CNEA, explicitando planes, transparentando la gestión y alentando la conservación y el desarrollo de sus recursos humanos.


En energía Atómica sin prevenir no hay porvenir.