De la redacción de Prensa Obrera

El lector Angel Agrieto (ver “Sobre niños pobres en Londres”, en esta misma página) carga con una montaña de prejuicios contra el Partido Obrero. Creyó encontrar en el artículo “Londres: más de la mitad de los niños debajo de la línea de pobreza”, aparecido en Prensa Obrera (28 de noviembre), la excusa para largar toda la mierda que tiene adentro. Pero lo único que logró demostrar es, además de su ignorancia, que sus opiniones contra el PO no son más que prejuicios.


Prensa Obrera no miente. La información que tanto indigna a Agrieto fue publicada por Le Monde en su edición del 21 de noviembre del año pasado bajo el indicativo título “En Londres, un niño de cada dos por debajo de la línea de pobreza”. El artículo, firmado por el periodista Jean-Pierre Langellier, indica que la encuesta de donde fueron sacadas estas cifras fue encargada nada menos que por el intendente de Londres (se trata, por lo tanto, de una información oficial) y que sus resultados fueron divulgados en las vísperas de la Jornada Internacional de los Derechos del Niño. Si lo desea, el lector Agrieto puede solicitar la edición del diario parisino o dirigirse a la Intendencia londinense para pedir una copia del relevamiento.


Según ese informe, el 53% de los niños sin distinción de origen está por debajo de la línea de miseria; entre los inmigrantes, los niveles de pobreza son muy superiores (alrededor del 70%). Junto con la pobreza infantil, se extiende la tuberculosis, una enfermedad típica de la miseria.


Para las estadísticas inglesas, es pobre la familia que obtiene un ingreso 60% inferior al promedio. El espectacular crecimiento de la pobreza en Londres, una de las ciudades más opulentas del mundo, es la consecuencia de varios fenómenos: la especulación inmobiliaria (que elevó enormemente el costo de vida en la ciudad respecto del resto de Inglaterra), la descalificación del trabajo obrero (por lo que los ingresos de una amplia capa de trabajadores no han progresaron con la inflación) y, finalmente, el aumento de la desocupación (Londres es una de las regiones con mayor desempleo en toda Inglaterra). “Los niños pobres -dice Langellier-, pertenecen a las familias en que uno de los padres o ambos están desocupados”. Todo esto provoca un sistemático aumento de la desigualdad en la distribución del ingreso y, consecuentemente, de los índices de pobreza.


Por todo esto, se decía en Prensa Obrera que “la apabullante miseria de la mitad de los chicos de Londres es la contrapartida de los enormes beneficios acumulados por los especuladores inmobiliarios y los bancos que los financian. Nada muy diferente de lo que sucede en la Argentina, donde la miseria masiva es la contrapartida de los cientos de millones que los grandes bancos y capitalistas fugaron del país, después de saquearlo”.


No sólo la información de Prensa Obrera es irrefutable; además, sus conclusiones son inapelables. A pesar de Agrieto, su ignorancia y sus prejuicios.