Delegado telefónico denuncia persecusión patronal

Mis problemas con la patronal comenzaron cuando, durante la ENTel, denunciamos la iniciativa de las jefaturas de Redes Locales de formar una cooperativa que iba a funcionar paralela al trabajo en la empresa. Esto, acompañado de los talleres clandestinos donde se hacían proyectos para los contratistas, motivó los dos primeros pedidos de desafuero gremial por parte del entonces gerente Jorge Otero. A partir de la entrega de ENTel, y manteniéndose al principio las mismas jefaturas, estando de por medio el conflicto que ocasionaba la “reorganización de la zonas”, se pide por parte del Dr. Keena el 3er. pedido, el primero de Telecom hasta el momento, sin llegar a instancias judiciales. A mediados del año ’92, Telecom S.A. me inicia un juicio por el fuero gremial para poder proceder a mi cesantía.


A mediados del ’93, sin llegar al fallo judicial, se me aplican 25 días de suspensión sin goce de sueldo.


En este año ’94 fueron innumerables los “errores” que Telecom produjo en mi boleta de sueldo, como tampoco atendió mi pedido de pase al sector Plantel.


Pero en estos últimos 4 meses el apriete aumentó. Se me llamó por le menos 5 veces a Personal en el 9º piso de Golf para ofrecerme sumas de dinero en concepto de retiro voluntario; al ofrecerles una negativa, se cambió el trabajo habitual que realizaba en la calle para trabajar con una máquina, teniendo la orden mi Jefatura que cada vez que me levante de la silla tiene que marcarlo como horario no trabajado, lo que dio lugar en este último mes a 2 telegramas previniéndome de que de “persistir esta actitud se accionará convenientemente”. Debe agregar que esto está acompañado por las fotos que se toman constantemente a las carteleras donde ponemos la información para los compañeros.


Además de hechos insignificantes, durante la última movilización, el gerente de Líneas movió todo su “poderío” para confiscar la bandera representativa del edificio.


Sin duda, la intención de la patronal es llevarme nuevamente a juicio para negociar luego un retiro voluntario, entendiendo que tendría menos margen para decir que NO, pero también queda claro que desde el edificio estamos golpeando donde más les duele tanto a la empresa como a la conducción del sindicato.