¿El capitalismo en su apogeo?

El Cronista Comercial del 24/11 no tiene desperdicio: las consecuencias de la crisis financiera global serán similares a las de una guerra, según un informe reciente publicado por el FMI (Panorama Económico Mundial).

A partir del estudio de 88 crisis bancarias ocurridas en distintos países desarrollados entre los años 1970 y 2002, en las fases de crisis-recesión de los ciclos económicos se destruyen más riquezas de las que se crea en las fases ascendentes. En palabras del columnista del Cronista Comercial, las crisis traerían una “persistente pérdida de producción… en el 90% de las crisis bancarias estudiadas por el organismo esta pérdida oscila entre 7 y 13%”.

Luego se pasa a explicar por qué en las fases ascendentes del ciclo económico no se logran los niveles de producción previos a la crisis. Se señala que la tasa de desempleo es “persistentemente alta”, es decir que vamos camino a un desempleo “estructural”. El mercado se achica debido a la reducción de la masa salarial y a la pérdida del poder adquisitivo de los asalariados. Por otro lado, luego de cada crisis hay una pérdida de capital básico porque “algunas firmas se deshacen prematuramente de plantas y equipamiento y otras se esfuerzan por invertir solo en proyecto viables”. Estas dos tendencias (desempleo estructural y descapitalización) tienden a “combinarse para producir menos que antes de la conmoción”.

Esta “tendencia” a la caída de la producción se agudiza con la falta de “incentivos” para invertir en desarrollo tecnológico, lo cual lleva a la caída o estancamiento de la productividad del trabajo.

Hasta aquí nada nuevo bajo el sol: las crisis destruyen fuerzas productivas. La forma más brutal que asume esta destrucción de las fuerzas productivas es la guerra.

Lo interesante del artículo es que, sin quererlo, refuerza uno de los pronósticos fundamentales de la Cuarta Internacional, a saber: que la tendencia fundamental del capitalismo en su etapa imperialista no es el ascenso sino su declinación. El capital es incapaz de desplegar todas las potencias de las fuerzas productivas, las ahoga, las destruye, las comprime. Es sobre esta base que el socialismo tiene derecho a existir y a triunfar.