El fantasma de Altamira


Lejos de parecerse al fantasma que recorría Europa a decir de Marx, el fantasma de Altamira no tiene recorrido.


 


Este fantasma mal llamado sionismo que tanto obsesiona a Altamira no tiene ni tuvo poder alguno en las decisiones políticas de Argentina ni de ningún otro país.


 


No pudo evitar las leyes antisemitas dictadas en Estados Unidos durante los gobiernos republicanos de Wilson y de Hoover, muy anteriores a las de Nuremberg.


 


Tampoco pudo lograr apoyo de los gobiernos demócratas de Roosvelt y de Truman para evitar o atenuar las masacres que los judíos sufrían en Europa por parte del nazismo.


 


Tampoco lograron que Estados Unidos apoye la creación del Estado de Israel, la que tuvieron finalmente que aceptar a regañadientes ante la propuesta que Gromyco hizo ante la Asamblea de las Naciones Unidas.


 


Pero trató de frustarla presionando a muchos países a votar en contra de la creación del Estado de Israel.


 


Cuando en 1956 Israel invadió Egipto, con el apoyo de Inglaterra y Francia, los Estados Unidos mandaron la sexta flota al Mediterráneo para detener el avance de Israel, que estaba por llegar al Canal de Suez.


 


En los próximos días se desarrollará en Irak una reunión en la que participarán Estados Unidos e Irán, entre varios otros países. Es evidente que el propósito de Estados Unidos en esta reunión es que Irán la salve de la catástrofe que está sufriendo en Irak, aunque tenga que aceptar que Irán también posea la bomba atómica. ¿Alguien piensa, por ventura, que a Estados Unidos pueda preocuparle las consecuencias que esto puede acarrearle a Israel?


 


Podría seguir con muchos otros anrecedentes internacionales, pero quiero entrar al tema doméstico.


 


Altamira dice en su artículo "A quién responden los candidatos de la Capital", publicado en el N° 982 de Prensa Obrera, que tres o cuatro candidatos por la Capital son sionistas, que la primera dama viaja a Venezuela para reunirse con la Daia local y que en Buenos Aires florece el filo-sionismo.


 


¿Para qué? ¿Acaso el tema judío atrae votos? En la Argentina atrae más votos criticar a los judíos y atribuirles todos los males de la humanidad. Desde la muerte de Jesús hasta la invasión y las masacres de Irak.


 


¿O acaso el viaje de D'Elía, Cafiero y Farinello a Irán tuvo la intención de promover el esclarecimiento de los dos atentados terroristas más graves que hubo en toda la historia Argentina, o la de embarrar más aún su esclarecimiento?


 


La impunidad con que se ejecutaron estos atentados y otros cientos o miles de atentados de distintos tipos contra judíos en la Argentina, demuestra a todas luces que en el poder de la Argentina jamás hubo injerencia o influencia judía o sionista, como le gusta llamarla a Altamira.