El travestismo del Frente Amplio de Uruguay

A mediados de 2003, a raíz de un artículo del camarada Oviedo referido a un sector minoritario del FA (Frente Amplio de Uruguay) –la Corriente de Izquierda, liderada por Elías Sarthu–, expuse en una carta de lectores la necesidad de tomar distancia de la política del FA. Quedó también expuesto cómo se va desflecando la coalición EP-FA, cuando rompió la UJC (la Juventud Comunista), de Marina Arismendi, en noviembre/diciembre del 2003.


Esta UJC a la que pertenecí, militando en la época de Bordaberry, dio el ejemplo de cómo se puede conformar un bloque opositor al oficialismo –representado en el Congreso de bases del EP-FA, reflejado en PO N° 832, por la dirigencia encabezada por Tabaré en particular–. La UJC fue la única organización del FA que durante la crisis de poder y el Argentinazo reclamó Que se vaya Batlle en Uruguay, mientras el EP-FA sostuvo al gobierno, como continúa haciendo ahora.


También se demuestra la traición del EP-FA en el referéndum por la privatización de Ancap, ya que en ningún lado está la resolución fehaciente de cumplir con el mandato popular de no privatizarla. De hecho, Danilo Astori, senador del EP-FA, participó del engendro parlamentario donde se prevé la participación capitalista privada en algunos sectores de Ancap. ¿Quién asegura que no se implementarán medidas anti-nacionales cuando el EP-FA sea gobierno? Si de hecho este congreso, citado por L.O. en la PO N° 832, postula un programa antiobrero, antipopular y antinacional.


Para organizar un frente obrero hay que tener en cuenta estas organizaciones, disidentes con la política de las direcciones del EP-FA. Y que se demuestre en la práctica, porque siempre hay algunos partidos que dicen ser marxistas y socialistas, y se unen con cualquier corriente de opinión con tal de tener prevalencia electoral (a lo Lula). La llegada al poder por cualquier medio y renegando de los principios delineados magistralmente por Marx en el Manifiesto Comunista, sólo traerá más desgracia.


Aquellas organizaciones y partidos de izquierda que –como el congreso de la LCR (documento de Francois Ollivier) que describe la incompatibilidad de la dictadura del proletariado con la democracia– tienen en común el desarrollo del PT de Lula y del EP-FA de Tabaré, son un ejemplo claro de travestismo político, que en aras de mayor democracia y poniéndose el rotulo de socialistas y marxistas, hacen todo lo contrario cuando llegan al poder.