Elecciones: el Pts se hace el ‘Revolu’

El Pts (Partido de los Trabajadores por el Socialismo) critica el llamado del Partido Obrero a una Asamblea Nacional de las organizaciones en lucha, partidistas y no partidistas, porque tendría un carácter “puramente electoralista”, según lo que se desprende del artículo “Dos políticas” (LVO nº 15, 8/5).


En la última parte del artículo, el Pts dice que usó “el acto del primero de mayo para reafirmar una propuesta de agrupamiento revolucionario de la vanguardia, para preparar las tareas que deja planteadas el ‘Cutralcazo’ , que no son precisamente la intervención en las elecciones (aunque haya que participar en ellas), sino el enfrentamiento a las traiciones de la burocracia, la coordinación de todos los que están luchando, en la perspectiva del desarrollo de los organismos de poder obrero y la preparación de la huelga general política para derrotar a Menem y a los planes de la patronal y del Imperialismo” (LVO, nº 15, 8/5, cursivas mías).


Analicemos: ¿como se explica eso de que hay que participar en las elecciones, pero la intervención en ellas no es una tarea que quedó planteada después del “Cutralcazo”?.


Veamos según el diccionario: “Intervenir: (…) Tener parte en un asunto – Interponer uno su autoridad – Examinar las cuentas con suficiente autoridad para ello” (Diccionario Ilustrado de la Lengua Española, tomo II, pág 92. Editorial Ramón Sopena, Barcelona, 1974). “Participar: (…) Tener uno parte en una cosa; tocarle o corresponderle a uno algo de ella” (ídem., pág 497).


Los ‘revolucionarios’ del Pts, al decir que se debe participar pero no intervenir plantean en realidad que la clase obrera y “los partidos que representan sus intereses” deben participar en las elecciones, no para imponer su autoridad sobre el resto de las clases y sobre los partidos del régimen, sino para nada más que “tener parte en ellas”.


Esto pone de manifiesto la ausencia total de una política y el hecho de que el Pts está políticamente fundido.


Para los revolucionarios sólo hay dos posiciones posibles frente a las elecciones: participar, porque las masas aún no han agotado su experiencia en ellas y es necesario que la vanguardia intervenga, ‘interponiendo la autoridad’ que fue ganando en la luchas, para desenmascar la farsa de la democracia burguesa (y esto sólo puede producirse en base a una intensa movilización política); o la vanguardia no participa ni interviene, y debe boicotearlas, porque las masas ya han agotado absolutamente su experiencia histórica en las elecciones y no depositan ninguna expectativa en ellas, esto porque la polarización de la situación política ha llegado a tal extremo que las masas sólo confían en sus organismos de democracia directa (soviets) y son absolutamente conscientes que únicamente con ellos lograrán obtener el poder real.


Otra de las acusaciones que se le hacen a la propuesta del Partido Obrero es que “el llamado al frente de izquierda y del movimiento obrero combativo es electoralista porque fue hecho el 1º de mayo, o sea, seis meses antes de las elecciones”.


Aclaremos que el llamado del Partido Obrero a la formación de un frente de izquierda, no fue hecha seis meses antes de las elecciones, sino ¡diez meses antes! Esto demuestra lo acertado de la caracterización del VIIIº Congreso del PO, al plantear que la descomposición política del régimen se aceleraría aún más y que la principal medida de la que se valdría la burguesía para frenar el ascenso de masas sería las elecciones, llegando incluso a adelantarlas si es necesario, por lo que la vanguardia del movimiento obrero debía tener definida una política al respecto.


Para estos críticos de izquierda, un Frente es electoralista si se lo plantea con mucho tiempo de anticipación a las elecciones, pero no si se lo decide veinte días antes, con candidatos elegidos a dedo y a espaldas de las masas, sin la más absoluta discusión de parte del movimiento obrero combativo y sin absolutamente ninguna movilización política (en esto se parecen, no ya a la izquierda democratizante, sino a la CTA y al Frepaso).


Es interesante escuchar la opinión de Trotsky con respecto a las candidaturas de diputados obreros en las elecciones: “La participación en los parlamentos burgueses no puede dar, a la larga, resultados positivos importantes, y en ciertas condiciones lleva incluso a la desmoralización de los diputados obreros. Pero éste no es un argumento para los revolucionarios en favor del antiparlamentarismo” (Trotsky. “La administración obrera en la industria nacionalizada”. Editorial Presente, Buenos Aires, 1961). Cómo dice Anibal Hugo: “Lapidario señores”.


Los izquierdistas le esquivan al bulto (y a la responsabilidad política), diciendo que “las elecciones legitiman el régimen”. Se hacen los ‘revolu’ , fingiendo ignorar el hecho de que si la vanguardia obrera no interviene en las próximas elecciones para desenmascarar la farsa, los trabajadores y el pueblo irán a las urnas a votar por candidatos patronales, lo cual le otorgará aire a la burguesía para volver al ataque contra las condiciones de vida de las masas (con lo que demorará, aún más, el tan ansiado objetivo estratégico del Pts: “los soviets”).


Por otra parte, hay que destacar que los más efectivos defensores de la organización independiente de la clase obrera (los fanáticos ‘sovietistas’ del Pts), se negaron a que el 1º de Mayo hablaran las organizaciones en lucha (Fiat, Ciadea, Atlántida, TDO, Malbrán, etc.), y todo para satisfacer las ansias de ‘representatividad’ con las que fueron al acto. Sí señores, ellos, los que con sus espectaculares discursos cargados de demagogia izquierdista, supuestamente ‘reafirmaron una propuesta de reagrupamiento revolucionario’.


Lo único que reafirmaron es que están en un desbarranque político permanente, que se acrecienta con el correr del tiempo, y que la única forma de obtener representatividad de los sectores en lucha es a través de manejos aparatosos y burocráticos como los del acto del 1º de Mayo. Sí señores, ellos, los ‘campeones interplanetarios’ de la lucha contra las burocracias y sus cómplices.