“En carne propia”

Hace tres meses entré a trabajar a un taller textil cerca de Floresta. Entré sin acordar sueldo ni horarios. Entraba a las 7 horas y salía a las 20. Sábados y domingos de 7 a 15. Después de 15 días, la jefa de personal me explicó el sueldo y me hizo firmar un papel que establecía el horario de entrada a las 7 y la salida cuando le parezca conveniente a los responsables del sector, más otro ítem de flexibilidad laboral.


El pago es quincenal, pero sólo hacen figurar 9 horas, de lunes a viernes. Pagan las extras en negro; nos descuentan 16%; también el aguinaldo sufre descuentos.


Todo lo que leí sobre explotación capitalista ahora lo vivo en carne propia; me parece casi irreal. Tengo que vivir pensando que al otro día me tengo que levantar a las 5 para desayunar y salir 45 minutos después; viajar otros 50 minutos y vivir una jornada de trabajo intensa sin ver el sol, en condiciones de pésima seguridad industrial, con el riesgo de que el patrón se borre en cualquier momento, declarando la quiebra y dejándonos en la nada. Todo esto a costa de perder a mi familia, ya que no tengo ganas de hablar, ni de pasear, ni de nada pensando en las 5 horas del día siguiente.


No hay organización gremial, los del sindicato no aparecen; los inspectores del gobierno pasan a firmar una planilla y se van. Aun así conversé con compañeros que están interesados en organizarse. Me comprometí a conseguir el convenio de los textiles para discutir la posibilidad de organizarnos.


Compañeros, quería contarles mi experiencia y agradecerles que publiquen mi nota y me contacten con compañeros que estén duchos en el tema para organizarnos lo antes posible por 8 horas de trabajo, salario mínimo de 2.000 pesos, no más descuento al aguinaldo; por el derecho a formar nuestra agrupación dentro del lugar de trabajo, con delegados electos en asamblea, para torcer el rumbo de la explotación y poner el sindicato textil bajo control de los trabajadores; comedor y 82% móvil, jubilación a los 55 años, pase a planta de los compañeros en negro, por un gobierno de trabajadores.