Entre el éxito y los “doce apóstoles”

“Hoy el problema de los escritores es el éxito”, dice Ricardo Piglia en el Ñ, suplemento de Clarín.


Para el “laureado” escritor, que además dicta clases en Princenton (Estados Unidos), ésta es la única preocupación de los escritores argentinos; como dice Alejandro Margulis,”las editoriales publican hoy en día sólo lo que se vende”.


Pero de una Ley del Libro que no se cumple con respecto al “fomento” de edición y comercialización de libros, del coro de aduladores que publican “críticas sesudas” de amigos con el propósito de que el libro editado se venda, y además de la profunda crisis que impide siquiera subsistir a pan diario, Piglia no dice nada.


En el N° 7 del mismo suplemento, Roberto “Tito” Cossa escribe que la cultura debe ser una política de Estado. Luego de afirmar que los hacedores de la cultura y los gobiernos nunca se llevaron bien, dice que a los únicos a los que les importó el arte y la cultura fue a los militares, pues, considerados como enemigos, no sólo establecieron la censura sino que actuaron con vehemencia y violencia criminal (la SEA – Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina – publicó una lista con más de cien escritores asesinados durante la última dictadura militar).


El gran “Tito” dice que el gobierno del progresista “K” no ha mostrado todavía ninguna preocupación por el problema de la cultura, y por eso “una docena de profesionales de larga trayectoria en las artes” le hicieron llegar un pedido de audiencia. Pero, ¿es tan así que el Estado capitalista no tiene ningún interés en la difusión de los bienes culturales? Creemos que no, que para los pulpos editoriales y los grandes empresarios culturales, que monopolizan la comercialización, exhibición, edición y muestras de arte, sí hay presupuesto – ya hemos denunciado en las páginas de Prensa Obrera y de LuchArte los negociados con fondos públicos – . Para Cossa, los “doce apóstoles” harán entender a Kirchner que la cultura debe ser un problema de su gobierno.


Para Piglia y Cossa los asuntos que tienen los artistas e intelectuales son simples: bastaría que se los reconozca. Mal teorema; desde el Gobierno de la Ciudad, y desde la Nación, los grandes eventos son organizados por los Telerman y Albistur, con pingües ganancias.


Con el Cacerolazo Artístico del 14 de noviembre, el Frente de Artistas en Lucha (LuchArte, SEA, Grupo Experimenta, Autoconvocados por el Tango, Sadem -Sociedad Argentina de Músicos – y artistas independientes) demostró que sólo la organización y movilización es el camino correcto que tenemos para que se cumplan los convenios de trabajo y defender nuestros derechos a producir libremente y hacer conocer nuestras obras a todos los sectores sociales, fundamentalmente a los que viven marginados de los grandes cenáculos artísticos.


  • •Por un plan cultural en todos los barrios.
  • •Por el cumplimiento en tiempo y forma de los contratos con la Nación, gobiernos provinciales, municipales y de la Ciudad de Buenos Aires.
  • •Por un presupuesto cultural elaborado y discutido por todos los artistas y administrado por ellos, organizados gremialmente.
  • •Por la derogación del decreto 601/02 que exige a los artistas el certificado de antecedentes penales para trabajar y cobrar sus actuaciones.