Impulsar espacios radiales propios

Queridos compañeros del Partido Obrero:


Entusiasmado por lo positivo de la actitud del Partido Obrero en los últimos tiempos, quiero aportar lo que creo son algunas deficiencias que podrían corregirse:


Los métodos de asambleas son, no sólo convenientes, sino imprescindibles para llegar a masas crecientes de trabajadores y sectores populares. Es éste un camino que hay que extender y profundizar en forma permanente, más allá de los calendarios electorales. Pero para que las asambleas sean realmente participativas, es necesario que los puntos propuestos inicialmente a debatir en las mismas lleguen con anterioridad a todos. Esto se puede instrumentar a través de volantes o publicándolo en el periódico. Sólo así habrá en las asambleas un debate fundamentado y participativo.


En segundo lugar, la campaña de suscripciones al periódico y la extensión creciente del mismo es algo positivo, pero hoy en día sabemos del poder que tienen los medios masivos de comunicación, en particular la televisión y la radio.


No podemos depender solamente de la‘buena voluntad’ de los productores de las radios o programas que, en su mayoría, no quieren dar espacio a la izquierda. Si Lenin planteó el carácter estratégico del periódico, hoy es estratégico también tener espacios radiales (ni qué hablar de lo que sería tener espacios televisivos), porque el alcance del periódico y su repercusión tienen sus límites.


Convengamos que los costos de acceder a la televisión son muy altos. Pero es fundamental impulsar la creación de espacios radiales propios, si es posible en radios de largo alcance o, en caso contrario, en radios barriales (¿instalar radios en los locales del partido será algo inaccesible?). Concretamente, aunque es bueno participar en programas como invitados, debe existir una radio (esto es lo ideal) o un conjunto de programas de radio propios, que lleguen a los vecinos de las barriadas, a los trabajadores y a la juventud. Esos programas debieran tratar los mismos temas que el periódico, pero la radio permite una mayor participación de la gente y organizar actividades en barrios, en fábricas y colegios del barrio, denunciar atropellos, ofrecer la defensa política y jurídica de todos aquellos perseguidos políticos por la justicia burguesa, defender a los despedidos, a los delegados amenazados, organizar actividades culturales, en fin, ayudar  a todos los que necesitan defenderse y organizarse. A todos ellos, un partido revolucionario tiene la obligación de llegar, para escucharlos, para organizarlos y para hacerlos participar activamente. Así, el partido crecerá realmente, porque se insertará en las entrañas mismas de las necesidades cotidianas de la gente. Y de ese modo, podrá ligar esas necesidades cotidianas con los objetivos estratégicos del socialismo.


Propongo que el partido analice qué posibilidades hay para emprender ese objetivo y, en todo caso, qué puede hacerse para obtener los fondos necesarios.


Por el momento es todo. Saludos revolucionarios.