Joyce, Lenin y la verdad

Compañeros del PO:


En el Nº 856 de Prensa Obrera, en el artículo “El Ulises de James Joyce. Los cien años de un día”, el autor, Fancer, dice: “Para nosotros la ‘verdad’ es relativa y está ligada a intereses de clase”. ¿A quién se refiere con “nosotros”? Si a nosotros se refiere a los marxistas, nosotros los marxistas que somos consecuentes con el método del materialismo dialéctico, decimos que sí existe la verdad absoluta y que es independiente de nosotros y de nuestra conciencia; y que aparte de materialistas somos dialécticos, estamos de acuerdo con Lenin, que en su libro Materialismo y Empiriocriticismo dice: “Desde el punto de vista del materialismo moderno, es decir, del marxismo, son históricamente condicionales los límites de la aproximación de nuestros conocimientos a la verdad objetiva, absoluta, pero lo incondicional es la existencia de esta verdad, lo incondicional es que nos aproximamos a ella (…) En una palabra, toda ideología es históricamente condicional, pero es incondicional que a toda ideología científica (a diferencia, por ejemplo, de la religiosa) corresponde una verdad objetiva, una naturaleza absoluta (…)”.


Luego Lenin aclara que tal vez esto parezca impreciso: “Y yo les contestaré justamente que es lo bastante ‘impreciso’ para impedir que la ciencia se convierta en un dogma (…) pero al mismo tiempo, es lo bastante ‘precisa’ para deslindar los campos del modo más resuelto e irrevocable entre nosotros y el fideísmo, el agnosticismo, el idealismo filosófico” y todos los que “no habiéndolo notado han caído en el fango de la filosofía reaccionaria. Es el límite entre el materialismo dialéctico y el relativismo” (subrayados míos).


Con referencia a lo que dice Fancer acerca de la verdad, “que está ligada a los intereses de clase”, con lo antes expuesto queda claro que una cosa es la existencia de la verdad y otra muy distinta las mentiras y la apología que del sistema capitalista hace la burguesía en defensa de sus intereses de clase.


Como el tema no es tan simple de reducir tan sólo a este extracto, sugiero leer todo el libro, pero en especial el Capítulo 2 (“La teoría del conocimiento…”), el AntiDühring y Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana, de F. Engels, que van a ser mucho más didácticos que todo lo que yo pueda agregar.


Sin otro particular, con saludos socialistas.