Justifica el atentado

22 de julio de 1994


Ante el atentado al edificio de la DAIA y AMIA, cabe analizar quiénes son las víctimas para clarificar.


En San Francisco, California, una organización judía, la Anti Defamation League B´nai B´rit, ADL, que posa de progresista y defensora de los derechos civiles, se confirmó que espiaba a organizaciones y militantes que iban desde organizaciones de izquierda a movimientos de solidaridad anti-apartheid, palestinos, con Centroamérica y toda la gama imaginable. La información era pasada a un oficial de la policía de San Francisco que huyó a las Filipinas y regresó luego y fue expulsado, recibiendo una sanción menor, y por supuesto, se lo encontró como el único responsable sin nunca implicar a altos mandos. Sin embargo, por investigaciones realizadas por organizaciones afectadas se sabe que la información no sólo era pasada a la policía de San Francisco, que facilitó el acceso a la lista de nombres y organizaciones denunciadas, sino también al FBI, la CIA, y el Mossad israelí, comprobada por palestinos o norteamericanos que viajaban a Israel y eran interrogados en base a estos informes.


En EE.UU. también existe la Jewish Defense League y otras organizaciones judías responsables de asesinatos aquí en EE.UU., y también de organizar a judíos norteamericanos para ocupar tierras en Palestina y realizar ataques y matanzas como el caso de Baruch Goldstein, judío norteamericano que asesinó a decenas de palestinos en una mezquita, con la complicidad del ejército israelí.


También está el cabildeo judío (jewish lobby), que se encargó de hacer campaña por los “amigos” de Israel y atacar a los “enemigos” en el Congreso, y asegurarse que la ayuda de 4 mil millones de dólares anuales a Israel continúe fluyendo.


Existe también el control de los medios de difusión y principalmente de la industria cinematográfica para la tergiversación de la realidad histórica y la perpetuación del papel de víctimas. También el museo del holocausto en Nueva York. Y aunque la película de Spielberg es la última de la serie, y más conocida, existe cantidad de este tipo de programas en televisión, cine, etc., donde no se dice que los muertos por los nazis no eran mayoritariamente judíos, más de 20 millones de rusos y millones  de serbios, gitanos y otros en Europa oriental; y en Alemania primariamente militantes obreros comunistas, socialdemócratas y otros.


Ni qué mencionar que a la mayoría de los judíos de EE.UU. no se la encuentra entre la clase obrera, y mucho menos en los países semicoloniales, sino que son abogados, empresarios, profesores e intelectuales. En Sudáfrica, el Estado de Israel colaboró en el armamento del ejército y en el programa nuclear sudafricano.


En Centroamérica agentes israelíes colaboraron con el gobierno de Somoza y con otras dictaduras represivas.


En Colombia, hay videos de expertos israelíes entrenando a las patrullas civiles, organizadas por hacendados y el Estado para asesinar a militantes populares.


Hasta en EE.UU. detuvieron a un espía judío, Johnathan Pollard y a su esposa, que espiaban para Israel.


Mordechai Vanunu, que había trabajado en el programa nuclear de Israel e hizo declaraciones a la prensa en Inglaterra sobre el mismo, fue secuestrado en Italia por los servicios judíos y ya nunca más nadie pudo entrevistarlo.


En Argentina todos sabemos del secuestro de Eichman y otras actividades violatorias de la soberanía nacional y actos criminales que son el modus operandi de las instituciones y embajadas judías internacionalmente, como el constante  bombardeo y secuestros llevados a cabo en Líbano y el bombardeo de un reactor en Irak en los 70.


El sionismo es un argumento oportunista cobarde de quienes quieren absolver a la verdadera raíz ideológica detrás de esta política que se encuentra en la religión judía, que como toda religión es una ideología. Cualquiera que se moleste en leer el viejo testamento podrá ver esta base ideológica, y así para ocupar la tierra prometida, Palestina, se justifica la matanza de los pueblos que la habitaban, en nombre de Dios: “los niños también deben ser muertos, porque si los padres son pecadores los hijos también lo son”, y en cuanto a las mujeres “se pueden salvar algunas para los servicios en nuestras casas o para el placer de nuestros hombres”.


Por supuesto que el rol del Estado de Israel encaja en los planes del imperialismo internacionalmente, pero su existencia tiene sus bases ideológicas propias y no pocas veces actúa por su propia cuenta.


Al margen de quienes atentaron contra la embajada israelí en Buenos Aires en el 92 o ahora contra el edificio de la DAIA y AMIA, debe decirse que están cosechando los frutos de lo que han estado sembrando y recibiendo una dosis de su propia medicina.


California, USA