La Argentina como miembro extra-OTAN

En  PO nº 546 se hace referencia a la incorporación argentina en calidad de aliado extra-OTAN como una simple operación financiera. Punto de vista con el que no estoy del todo de acuerdo, porque:


Durante prácticamente toda su historia los norteamericanos han vendido armas a sus países aliados, a los ‘no tan aliados’ e inclusive hasta a sus supuestos enemigos. Y para ello se han valido de un sinfín de recursos, como las ventas directas a través de la ‘cooperación’, las triangulaciones (como en el caso Irán-contras) y, fundamentalmente, a través del mercado negro y sus vendedores protegidos, como Adnam Khassoggy. Negocio que, por otro lado, mueve montañas de dólares que no tienen patria.


Sin embargo, el origen del Tratado del Atlántico Norte, después de la Segunda Guerra Mundial, tuvo como principal objetivo el de formar un bloque de los países ‘democráticos’ contra la amenaza totalitaria comunista, y esto permitió que los yanquis pudieran poner bases militares y asentamientos de tropas en cualquier país miembro de la OTAN.


Es decir, ante la amenaza militar del Pacto de Varsovia contra la ‘democracia occidental y cristiana’, los yanquis sembraron sus bases y misiles por todo el mundo, monitoreando sus colonias militarmente, por si los ejércitos nacionales necesitaban de su ayuda ante la ‘amenaza roja’.


Pero, ¿no era que la amenaza comunista había concluido luego de la caída del Muro de Berlín? ... entonces, ya no tiene sentido ser de la OTAN; muerto el Pacto de Varsovia se acabó la amenaza comunista, muerto el perro se acabó la rabia. Pero parece que para los yanquis la amenaza roja sigue viva.


El hecho de que en Sudamérica no existieran oficialmente tales asentamientos tiene que ver, no con la situación geopolítica de la región, sino con la resistencia de los pueblos de la región para que esto fuera así. Y de allí que muchos de sus gobernantes se vieran forzados a adoptar el discurso ‘tercermundista’.


El desembarco militar yanqui en Latinoamérica es un viejo anhelo del imperialismo y los lacayos burgueses criollos; ya lo había denunciado el Che en la Asamblea de la OEA de Punta del Este del ‘63.


La incorporación de la Argentina como miembro extra-OTAN es, entonces, un operativo estratégico-militar con vistas a contener IN-SITU los desbordes populares de los países latinoamericanos, y a la falta de confianza de los yanquis sobre la operatividad de los ejércitos nacionales para contenerlos. O sea, quieren traer las armas, pero con soldados y todo.


Obviamente, la burguesía brasileña sabe bastante del tema por los problemas que tiene con sus propios aparatos represivos, y por eso sale a reclamar la exclusividad.


Lo llamativo es que los norteamericanos hayan creído necesaria la intervención directa de sus fuerzas armadas en los conflictos de esta región, lo que estaría delatando la explosividad de la situación.


Una mención aparte merecen los partidos burgueses, para los cuales sería un logro espectacular tal cuestión, y dan asco. Pero al mismo tiempo, se demuestran incapaces de dominar las reacciones del pueblo, que son cada vez más políticas.