La coyuntura de la crisis politica

1. Nunca como hoy la izquierda en la Argentina pudo ganar una elección, pero no parece dispuesta a hacerlo. Hay tres situaciones que favorecen teóricamente un triunfo electoral de la izquierda en la Argentina: a) El bipartidismo tradicional está en crisis y en consecuencia hoy podría llegar al poder una fuerza que no sea la Ucr o el PJ, a lo que se agrega que este último partido se presenta dividido. b) Se ha producido una crisis en la sociedad en lo que hace a la credibilidad en el capitalismo como alternativa para el crecimiento. c) El probable triunfo de Lula en Brasil, muestra que hoy en América del Sur puede ganar un candidato de izquierda que genere incertidumbre en los mercados financieros, lo que no sucedía en los años noventa. Pero esta posibilidad teórica no se condice con los hechos, ya que la izquierda aparece dividida y atomizada, no sólo entre fuerzas y candidatos, sino también entre ir a elecciones o abstenerse. Pareciera entonces que las fuerzas de izquierda prefieren jugar el rol de oposición en el próximo período antes que tomar el riesgo de asumir el poder. El hecho que en los últimos sondeos, la segunda vuelta estaría entre Menem y Rodríguez Saá corrobora esta situación.


2. El justicialismo, en cambio, mantiene una clara vocación de poder. El PJ se encuentra dividido y seguramente concurrirá a elecciones con varios candidatos, pero éstos evidencian una vocación por el poder que no tienen las figuras de la izquierda.


3. La Ucr se ha desarticulado, sin posibilidad de disputar el gobierno. La fuga del voto radical, escapa simultáneamente hacia Carrió, López Murphy y Rodríguez Saá, mientras que el partido hasta ahora se plantea realizar una interna, con Moreau y Terragno como principales candidatos. La última alternativa del radicalismo para eludir un comicio donde caerá por debajo del mínimo histórico en una elección presidencial –que fue el 17% obtenido por Massaccesi en 1995–, fue un acuerdo que intentó Alfonsín con Duhalde para convencer a Reutemann que sea candidato de una coalición radical-justicialista con un programa común, pero la negativa del gobernador de Santa Fe a aceptar esta propuesta, dejó al radicalismo sin alternativa para eludir la caída electoral que sufrirá.


4. El centro-derecha también tiene oportunidad de romper el bipartidismo pero no se decide a intentarlo. López Murphy se ha consolidado como el nuevo referente político del centro-derecha, como lo fuera Alsogaray en los años ochenta y Cavallo en los noventa. Pero si lograra cambiar su discurso en una dirección más popular como lo hizo Alvaro Uribe en Colombia –quien siendo el candidato de los mercados logró arrasar el bipartidismo tradicional obteniendo el 54% de los votos–, y articular una fórmula con un vice que muestre que no es la derecha clásica argentina y que de a los radicales un argumento para votarlo, podría alcanzar el 25% de los votos y llegar a la segunda vuelta. Pero hasta ahora, López Murphy –quien ha logrado el apoyo de los partidos provinciales y se ha impuesto claramente sobre Patricia Bullrich en el liderazgo de la franja de centro-derecha–, mantiene un discurso que no le permite un crecimiento más allá del 15% histórico del centro-derecha argentino.


5. La paradoja es que la Argentina ideológicamente gira hacia la izquierda, pero la realidad concreta muestra que a lo mejor Menem es el próximo Presidente. La región gira hacia el centro-izquierda con el triunfo de Lula en Brasil y la sociedad argentina muestra una tendencia correspondiente, con actitudes culturales de nacionalismo, críticas a la inversión extranjera y cuestionamiento al FMI. Pero en los hechos, Menem puede ser el próximo presidente aunque todavía hoy no ganaría una elección y no puede descartarse que Duhalde retorne a la provincia de Buenos Aires. En los hechos, todas las aspiraciones de cambio de la sociedad argentina se han ido diluyendo y la política tradicional ha logrado reinstalarse. La falta de alternativas es la carta con la que juega Menem. La cuestión es que si bien el ex-presidente podría ganar pese a la resistencia que hoy tiene en la sociedad, el interrogante es si podrá gobernar con la férrea oposición que enfrentará. Pese a ello, tiene más chances de gobernabilidad que Rodríguez Saá o Carrió.


6. En conclusión:


a) Si bien teóricamente la izquierda nunca tuvo tanta chance de ganar una elección en la Argentina, en los hechos no parece dispuesta a aprovechar la oportunidad.


b) Lo probable es que el PJ vote dividido entre dos o tres candidatos, aunque la interna se haga y Menem salga fortalecido de ella.


c) La Ucr se ha desarticulado como fuerza electoral nacional, con votantes que emigran hacia Carrió, López Murphy y Rodríguez Saá.


d) El centro-derecha también tendría oportunidad de quebrar el bipartidismo, pero por ahora no parece dispuesto a intentarlo.


e) La paradoja es que si bien el país parece girar hacia la izquierda o el populismo, el próximo presidente puede ser Menem y ello genera dudas sobre la gobernabilidad futura.


(25/10/02)