La crisis de las salitas maternales y de nuestras condiciones laborales

Todos los años escuchamos a los docentes en su legítimo reclamo por su salario, incentivo, etc. Vemos, día a día, la lucha de éstos a través de marchas, acampes, pero no vemos un sector que es muy importante, el cual está muy olvidado, que es el de los jardines maternales.


Los jardines están a cargo de docentes con gran iniciativa de trabajo. No obstante, los “directores”, o más bien los dueños, de estos jardines improvisados (puesto que en su mayoría funcionan sin cumplir con gran cantidad de normas) se aprovechan de las necesidades propias de quienes quieren trabajar. Así es que se somete a los docentes a trabajar en aulas reducidas, con un número de alumnos superior a lo establecido legalmente, con sueldos en negro, sin los correspondientes beneficios sociales, agravando la enorme carga horaria a la que se nos somete, con salarios miserables.


En todo esto, lógicamente, los gobiernos han tenido, y tienen, una enorme responsabilidad. Por un lado, echando por el suelo las condiciones generales de vida de la población, dejándonos en manos de una gigantesca desocupación. Por otro, se sostiene un sistema perverso en el que los nombramientos oficiales están arreglados en la Junta de Clasificación, haciendo imposible que un principiante pueda conseguir un cargo sin apelar a las vinculaciones punteriles que se han establecido en la Junta y/o en la Secretaría de Educación.


Por ello, es necesario que los educadores de los maternales nos organicemos, para poder exigir ante las autoridades por nuestras reivindicaciones, por condiciones dignas de trabajo. Es así que llamamos a la elección de delegados de los jardines.